Desde abril de 2016 soy la presidenta de la Asociación, sin ánimo de lucro, Adavas Salamanca. En el mes de noviembre presentamos a los medios de comunicación la Federación Regional FEVIMI, que aglutina a todas las Adavas de Castilla y León. La andadura de la Federación va lenta, pero porque queremos dar pasos firmes.
Como presidenta de Adavas contacté con Nuria Coronado Sopeña, la autora del libro "Hombres por la Igualdad", para que hiciera la presentación de su libro en Salamanca. (Las ilustraciones son obra de Catalina Flora)
Cuando hablamos por teléfono descubrí a una mujer cercana, generosa, ilusionada, luchadora y dispuesta a trasladar su mensaje a cualquier lugar donde la quisieran oír. Fue sencillo llegar a un acuerdo para que viniera.
Nos movimos para encontrar un lugar donde hacer la presentación. La Sala Micenas ATV ya había acogido una obra de teatro benéfico a favor de la entidad y no dudó en facilitarnos su espacio para realizar la presentación.
Contamos con la inestimable presencia de Soledad Murillo de la Vega y José Sarrión, quienes accedieron a pasar una tarde de sábado con nosotras hablando de igualdad, feminismo, machismo y de los aliados que esta lucha necesita.
Varias preguntas se me quedaron en el "tintero", así que decidí hacérselas a posteriori, a lo cual Nuria accedió sin poner ningún tipo de oposición. Seguro que alguna pregunta más se nos puede ocurrir. Si tenéis oportunidad, hacérsela, estoy convencida de que Nuria la responderá sin ningún tipo de pudor.
¿Te pusieron muchas pegas para publicar el
libro? No es muy habitual que los hombres hablen abiertamente de la igualdad
entre ambos sexos y se declaren expresamente feministas.
Todo lo
contrario. Tuve varias editoriales interesadas en el libro y me decidí por
LoQueNoExiste ya que tanto su biblioteca de Talento Femenino como el equipo
humano y profesional que allí trabaja apuesta por contenidos feministas. Fue
amor a primera vista. En cuanto a los entrevistados, todos y cada uno de ellos,
estuvieron, desde el minuto uno, encantados de participar y formar parte del
libro. Ellos afortunadamente saben lo necesario que es su apoyo en la tarea de
educar y conseguir un mundo en igualdad. Si bien es cierto que aún son pocos
los hombres que quieren dejar atrás el macho que llevan dentro y que quieren
desprenderse de esa etiqueta que tanto daño hace, lo cierto es que empieza a
haber un movimiento masculino emergente que busca la nueva masculinidad. Es,
como dice mi querida Flor de Torres, epiloguista, la revolución pendiente que
cada vez está más cerca de producirse y que sin duda alguna traerá la cordura y
la equidad que hasta ahora no se ha dado.
¿Por qué seleccionaste a estos hombres y no a
otros?
A unos los
conocía personalmente y sabía de su implicación vital y profesional en el
feminismo. A otros, los seguía de cerca. Solo tuve que llamar a sus puertas.
Por fechas de entrega del libro hay 16 aliados, mejor dicho, diecisiete, porque
cuento también con Miguel Lorente como prologuista, que para mí es todo un honor.
Es muy importante visibilizarlos porque ellos pueden predicar de manera más
directa que nosotras en sus círculos (compañeros de trabajo, estudios, amistad)
y empezar a explicarles lo necesario que es ver y combatir el machismo que todo
lo salpica. Son excelentes prescriptores.
Ante declaraciones como las que ha hecho durante
este año el eurodiputado polaco, ¿qué deberíamos hacer ante comentarios de este
tipo de personajes públicos y con un puesto relevante?
A mí me da
vergüenza ajena que alguien que se supone está en un lugar como el Parlamento
Europeo, pueda salir y decir tales burradas y que lo haga no una vez, sino varias
y aquí paz y después gloria. Debería haber una sanción inmediata de expulsión
de quienes defienden lo indefendible ya que es antidemocrático y bochornoso.
Sin embargo él es solo un ejemplo más de cómo funciona este mundo. No es
extraño el día en que alguien en otros escenarios no solo dice estas burradas
sino que se jacta de su machismo y lo hace porque sabe que no pasa nada. Nadie
les para los pies. Y ahí no hay diferencia entre una ideología u otra. En
nuestro país también tenemos ejemplos como el de David Pérez, alcalde de
Alcorcón, lugar en el que resido, quien nos tiene acostumbrados a perlas machistas. También
hay que decir que del machismo no se salva nadie, tenemos señoros tanto en el
bando de la derecha como en el de la izquierda.
¿El feminismo es sólo cosa de mujeres?
No. El
feminismo es una lucha que ha de implicarnos y
motivarnos a tod@s ya que nos hace mejores a mujeres y hombres porque
busca el bien máximo de la igualdad de derechos y oportunidades para ambos
sexos. El problema está en que la propaganda machista que lleva trabajando a
toda máquina desde el principio de los tiempos, ha filtrado el mensaje de que
feminismo es igual que machismo, y la gente lo ha comprado (ahí incluyo a
hombres y también mujeres) sin más. Es una cuestión de información y de
educación darse cuenta que querer que ambas palabras antagónicas sean sinónimo
es parte de la estrategia del patriarcado para seguir manteniendo su poder y
sumisión de las féminas.
¿Qué es ser feminazi?
Unir la
palabra feminista y la coletilla nazi es la estrategia perfecta del patriarcado
para infundir miedo. Querer desacreditarnos a las feministas comparando el derecho al aborto de las
mujeres con el Holocausto perpetrado por los nazis es propagar el virus del
machismo. Un virus que creó en 1987 un profesor de economía en la Universidad
de California, Tom Hazlett y que en el 92 popularizó su amigo y periodista Rush
Limbaugh en su libro: Cómo
deberían de ser las cosas.
Sin embargo
es un insulto que cae por su propio peso. ¿Cuántos hombres conoces que sean
asesinados por mujeres? ¿Cuántos hombres son violados al día por mujeres?
¿Cuántos hombres sufren acoso o violencia de género y tiene que salir huyendo a
casas de acogida? ¿Cuántos hombres cobran de media un 20% menos que sus
compañeras de trabajo? ¿Cuántos hombres se quedan en su casa cuidando de sus
hijos o de sus familiares enfermos? ¿Cuántos hombres se ven cosificados o como
trozos de carne en el día a día? La respuesta es cero.
En la lucha por la igualdad, ¿mejor solas o
apoyadas/acompañadas?
En cualquier
lucha siempre es mejor apoyarse en cuant@s más mejor. Necesitamos de aliados,
de hombres concienciados de verdad, que quieran vivir en una sociedad sana en
la que no importe quienes nazcamos (hombres y mujeres) sino que tengamos las
mismas oportunidades. Por eso es esencial contar con esos compañeros fieles,
que entendiendo siempre que la lucha en primera fila es de las mujeres, ya que
somos quienes padecemos el machismo, puedan caminar a nuestro lado y acelerar
así el reloj hacía la justicia y la democracia. Lo que no queremos son los
falsos aliados. En ese caso siempre solas.
¿Está bien usado el término “aliados feministas”
para referirnos a aquellos hombres que luchan codo con codo con nosotras, a
nuestro lado y que son capaces de renunciar a los privilegios que el
patriarcado les ha otorgado por el mero hecho de nacer varones?
Yo concibo
al aliado como aquel que se une a otra
persona o movimiento a alcanzar una meta. Si bien es cierto que los hombres por
más que quieran no pueden defender como defendemos nosotras el feminismo,
porque somos nosotras las que hemos padecido y padecemos históricamente la
desigualdad, creo que son necesarios compañeros. Su primer gesto para
demostrarlo, tal y como recientemente decía José Sarrión durante la
presentación de mi libro en Salamanca,
ha de ser el de la escucha, “los hombres tenemos que hacer lo que no
hemos hecho nunca: guardar silencio y escuchar a las mujeres”. En segundo lugar
estos aliados han de despojarse de todo el machismo que les impregna y por lo
tanto de los privilegios de los que han gozado desde siempre.
¿Es cierto que las mujeres somos nuestras
peores enemigas? O, por el contrario, ¿es un “mantra” que nos ha estado
repitiendo el patriarcado/el machismo para que nos lo creamos?
Ahí les has
dado con tu pregunta. El patriarcado ha hecho del “divide y vencerás” su mantra.
Sabe que si las mujeres nos unimos tenemos una fuerza tal que podemos lograr
aquello que nos propongamos. Por eso le interesa seguir publicitando que
nosotras nos despellejamos las unas a las otras, que somos las peores rivales y
nos tiramos de los pelos si hace falta. Piensa en ladrón que somos de su
condición. Por el contrario el único enemigo que tenemos nosotras es el
patriarcado. Cuando yo fui consciente de esta manipulación empecé a darme
cuenta que la sororidad, es la mejor arma con la que combatir esta mentira. La
solidaridad, la empatía, la ayuda que nos damos las mujeres a las mujeres, es
algo estremecedoramente maravilloso y potente. Como dice mi querida amiga y
cantante Cristina del Valle: ¿qué sería de las mujeres si las mujeres no
cuidáramos de nosotras?
¿Sería posible un país como el propuesto por
Gioconda Belli en su libro “El país de las mujeres”?
En realidad
ya existe ese país o ese mundo, todas y cada una de las mujeres que nos
sentimos empoderadas reinamos en ese mundo diario y por eso luchamos, para que
el otro mundo, el de ahí afuera que no nos quiere, aprenda, se reeduque y vea
el talento que se pierde. Existen casos de comunidades que lideradas por
mujeres hacen cosas increíbles en pos del bien común. Es cierto que son pocos
los casos de mujeres presidentas o empresarias o directivas líderes que con ese
talento y la forma de dirigir crean mundos más sensatos y justos, pero los hay.
Y estoy segura, que la tendencia va a seguir a la alza. Nuestra lucha es una
lucha sin cuartel y quieran o no, vamos a estar en los lugares de poder, que es
donde se cambia todo y en lugar de un país, vamos a lograr un mundo que deje de
estar en guerra continua contra nosotras.
El Chojin habla de la discriminación positiva.
¿Es necesaria?
Como quienes
mandan no conocen aquello de tener voluntad para abandonar su zona de confort machista
hay que crear políticas y medidas que obliguen, en un primer momento a que haya
paridad en todos los sentidos. Cuando a través de la educación y la
sensibilización, tod@s podamos alcanzar las mismas metas y tener vidas en paz,
lo impuesto se normalizará, y no habrá que obligar a nadie a ser sensato.
Mientras eso pase, los últimos datos en lo que a paridad salarial, nos dicen
que hay que esperar otros 168 años de nada, hay que pisar el acelerador con
cuotas o medidas de discriminación positiva a tutti plen.
¿Estamos normalizando tanto la violencia de
género que no nos inmutamos ante las noticias que aparecen en los medios de
comunicación?
Las mujeres
cuando aparecemos en las noticias no lo hacemos para hablar de éxito, logros o
sueños cumplidos como cuando aparecen los hombres, quienes por cierto copan las
apariciones en un 78% en los medios de comunicación. Todo lo contrario.
Aparecemos violadas, muertas, maltratadas, amoratadas, cosificadas, ganando
poco, siendo eternas cuidadoras… Somos lo que menos importa. Esa imagen nuestra
está tan normalizada que tiene el efecto de la anestesia.
Por eso
necesitamos concienciar con perspectiva de género y evitar los programas de
televisión blanquean y promueven la violencia de género y los estereotipos sexistas. Las
mujeres no somos meros números. Las mujeres somos las hacedoras del mundo. Sin
nosotras todo se pararía.
Se desató la polémica con el programa de TVE
presentado por Carlos Herrera. ¿Todo vale en televisión? ¿La perspectiva de
género está presente en los medios de comunicación?
Por
desgracia la única perspectiva de género que está presente en la mayoría de los
medios de comunicación es la patriarcal y en televisión ni qué decir. Quienes
dirigen y mandan en ellos son hombres ergo los que se promueve es más de lo
mismo. Señoros que ni se cortan ni les da vergüenza en promover esa (in)cultura.
Programas que denigran a la mitad de la población y que la gente se mete en
vena. Programas como el de Pablo Motos,
presentadores como Juan y Medio, o como los de Tele 5 que nos cosifican
y ahí están siendo TT.
Bodino acuñó el término “micromachismos”. ¿Estás
de acuerdo con su uso o tenemos que hablar de machismo y punto?
Se habla de
micro porque es algo que no es visible a los ojos pero que sin embargo hiere
igual. Hace poco escuchaba a la gran Pamela Palenciano decir que
ya había que dejarse de poner la etiqueta de micro, que el machismo nos da por
todos los lados y hay que rebelarse a él y llamarlo por su nombre. Cambiar el
lenguaje y ser consciente de lo que significa es la mejor herramienta para
combatir al enemigo número 1 de nuestra sociedad que es el patriarcado.
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