Los movimientos de mujeres no hemos perdido el ritmo, no siendo que algunas personas se piensen que lo que ha sucedido el pasado 8M en España, el #MeToo o el #Yotecreo hayan sido calentones momentáneos de cuatro locas que han decidido unirse.
No, queridos. Esto que ha sucedido, y que sigue sucediendo, es algo que no se puede parar ya. Seguimos luchando por nuestros derechos y por obtener las mismas oportunidades que nuestros compañeros.
El Movimiento Feminista sigue moviéndose, gritando, buscando aliados y luchando por conseguir la igualdad real y efectiva que durante tantos años, siglos, se nos ha negado a las mujeres.
No somos ciudadanas de segunda, nos encontramos en el mismo nivel que vosotros. Queremos que se nos trate como personas, que se nos valore por nuestras capacidades y no por lo que tenemos entre nuestras piernas. Somos capaces de hacer muchas más cosas de lo que el señor Patriarcado se ha empeñado en inculcarnos. Y esa milonga de los estereotipos y los roles, ¿qué tal si os la aplicamos a vosotros? Resulta raro, ¿verdad? Pues no está bien. Nosotras no queremos trataros como nos habéis tratado (y nos estáis tratando algunos de vosotros, y de vosotras) a nosotras durante tanto tiempo. Queremos trabajar de forma conjunta, codo con codo, aprendiendo los unos de las otras y al revés. ¿Tan difícil resulta dejarnos nuestro espacio? ¿Tan complicado es compartir?
De pronto, alguien ha dado un altavoz a algunas personas cuyo discurso no se fundamenta, pero saben qué palabras emplear, ante quién y dónde poner el acento.
Nos han tachado de "kale borroka" por concentrarnos, de forma pacífica, la violencia se la dejamos a los hijos del patriarcado porque es la única manera que tienen de expresarse, para protestar ante determinadas declaraciones y resultados contrarios a los dictados de la inteligencia y la coherencia.
Nos manifestamos, nos concentramos pacíficamente porque no vamos a ceder ni un milímetro de lo conseguido hasta el momento. Nuestra arma es la palabra, la sororidad, la toma de las calles sin usar la violencia, pues sabemos qué se siente al ser apaleadas, humilladas, vejadas, vilipendiadas...
El término "feminazi" sigue siendo usado para insultar en redes sociales, sobre todo, por aquellas personas carentes de criterio y de conocimientos. Olvidan que las feministas no hemos cometido ni actos terroristas ni hemos participado del holocausto para exterminar a los hombres. Existe un refrán que dice: "se cree el ladrón que todos son de la misma condición".
Nosotras argumentamos, nos movilizamos, dialogamos. La descendencia del Patriarcado, sustentado por el machismo, emplea el insulto e intenta amordazarnos para relegarnos a un segundo plano, para que no ocupemos nuestro sitio en los puestos de dirección, en los púlpitos, en los laboratorios, en las administraciones públicas...
Feminista Ilustrada os lo explica muy bien en la siguiente imagen (pero también en su libro "Feminismo Ilustrado"):