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Negro

Inicias un viaje para desconectar. Estás rodeada de amistades. Todo parece que va a ser maravilloso: tranquilidad, paz, descanso, desconexión... 

Da igual que el otoño llegue a su fin, que el frío polar entre con fuerza por el oeste, que tengas que llevar capas y capas de ropa. Da igual. Unos días de vacaciones después de tanto tiempo trabajando duro y sin descanso. No piensas en el cinturón apretado que hace que casi no tengas cintura, en la cuesta de enero que este año se adelanta a noviembre y se prolongará hasta febrero. Necesitas un parón, a lo "kit kat", para reorganizar, si puedes, tu cabeza, tus prioridades, tus sueños, tus metas, tus deseos. Después de esos días, ya se verá. Ya se tomarán decisiones, ya retomarás las cosas con otra visión, con más fuerza, pero sin perder la calma.
El coche avanza por la carretera. Cruzas la frontera. 

El paisaje es negro. No son las nubes que se hayan teñido de negro. No. Es la naturaleza que muestra los estragos de unos sucesos que acontecieron en verano. Miras a ambos lados de la carretera y ves un solo color: negro. Casas al borde del bosque. Aún acusando el rastro de la desolación, el miedo, la angustia... Árboles doblados huyendo de las llamas y que se han quedado tal cual. Suelo negro. Casas vacías al lado de la desolación. Cables que han perdido su estabilidad en el cielo y descansan, como pueden, en el piso. Piso oculto por unas hojas de árboles que lloraron y que lloran por la desolación de la tragedia.
Te das cuenta que las noticias de los telediarios no plasmaban la realidad de lo que había acontecido. 

Negro.

Tímidamente el verde comienza a crecer en algunas zonas. Pero si miras a lo lejos, aún verás el manto negro de la tragedia. Consecuencia de lo poco que hemos cuidado a Pachamama; de lo poco generosa que ha sido la humanidad con Gaia, quien responde enfadada ante tanta desfachez, soberbia, ignorancia, prepotencia que rezuma una parte de la población.

Negro. Todo negro. Huele a humo aún después de pasados unos meses. El negro te inunda, pasando de la alegría a la desazón, de la paz, a la intranquilidad. El semblante de tu cara cambia según avanzas por la carretera y ves la desolación, la angustia, la tragedia que pudo haber sido mayor.

Negro luchando contra el verde, que tímidamente se abre camino para dar paso a la vida, a la luz.

Negro

Inicias un viaje para desconectar. Estás rodeada de amistades. Todo parece que va a ser maravilloso: tranquilidad, paz, descanso, desconexión... 

Da igual que el otoño llegue a su fin, que el frío polar entre con fuerza por el oeste, que tengas que llevar capas y capas de ropa. Da igual. Unos días de vacaciones después de tanto tiempo trabajando duro y sin descanso. No piensas en el cinturón apretado que hace que casi no tengas cintura, en la cuesta de enero que este año se adelanta a noviembre y se prolongará hasta febrero. Necesitas un parón, a lo "kit kat", para reorganizar, si puedes, tu cabeza, tus prioridades, tus sueños, tus metas, tus deseos. Después de esos días, ya se verá. Ya se tomarán decisiones, ya retomarás las cosas con otra visión, con más fuerza, pero sin perder la calma.
El coche avanza por la carretera. Cruzas la frontera. 

El paisaje es negro. No son las nubes que se hayan teñido de negro. No. Es la naturaleza que muestra los estragos de unos sucesos que acontecieron en verano. Miras a ambos lados de la carretera y ves un solo color: negro. Casas al borde del bosque. Aún acusando el rastro de la desolación, el miedo, la angustia... Árboles doblados huyendo de las llamas y que se han quedado tal cual. Suelo negro. Casas vacías al lado de la desolación. Cables que han perdido su estabilidad en el cielo y descansan, como pueden, en el piso. Piso oculto por unas hojas de árboles que lloraron y que lloran por la desolación de la tragedia.
Te das cuenta que las noticias de los telediarios no plasmaban la realidad de lo que había acontecido. 

Negro.

Tímidamente el verde comienza a crecer en algunas zonas. Pero si miras a lo lejos, aún verás el manto negro de la tragedia. Consecuencia de lo poco que hemos cuidado a Pachamama; de lo poco generosa que ha sido la humanidad con Gaia, quien responde enfadada ante tanta desfachez, soberbia, ignorancia, prepotencia que rezuma una parte de la población.

Negro. Todo negro. Huele a humo aún después de pasados unos meses. El negro te inunda, pasando de la alegría a la desazón, de la paz, a la intranquilidad. El semblante de tu cara cambia según avanzas por la carretera y ves la desolación, la angustia, la tragedia que pudo haber sido mayor.

Negro luchando contra el verde, que tímidamente se abre camino para dar paso a la vida, a la luz.

'La pandilla chancleta', rincón lúdico-creativo desarrollado por la A.S....




"La pandilla Chancleta". Proyecto de rincón lúdico-creativo creado y organizado por mí dentro de la Asociación Socio-cultural DiversaMente. 
Sí, una idea mía, un sueño mío, pero que sin la inestimable ayuda de mis compañeros/as y amigos/as de la asociación y del equipo que formamos para la ocasión no hubiese salido adelante.
El equipo del rincón lúdico-creativo está formado por Ángel García, Marta L. Merchán, Bea Gómez y yo. Nosotros/as 4 somos los que le damos vida e impulso, pero los empujones y las colaboraciones son también importantes, y ahí están mis compañeros/as, mi segunda o tercera familia que son las personas que integran DiversaMente: María Eugenia Martínez de la Puente Blas, gran titiritera, psicóloga y especializada en arteterapia; Vanessa Vannay Allasia, musicoterapeuta que intervino con nosotros/as haciendo unos cuantos talleres de musicoterapia con los críos/as; Lucía Pisano, psicóloga, que trabajó con nosotros/as la inteligecia/educación emocional.

Comenzamos la andadura en la Semana Santa del 2013 con las "Vacaciones Activas". Un resultado bastante bueno a pesar de que todas las actividades las teníamos que realizar bajo techo porque el frío salmantino es mucho frío.

En el verano, evolucionó a "la pandilla chancleta", pero la esencia seguía siendo la misma.
En esta ocasión, tuvimos la inmensa fortuna, junto con las colaboraciones de miembros de la asociaicón, de poder contar con la participación desinteresada de Roberto García Encinas (dramaturgo, actor, director de teatro, profesor de teatro y cuentacuentos), de Victoria Álvarez (escritora salmantina que próximamente saca nuevo libro), de Carlos García Miranda (guionista y escritor). Mil gracias a todas estas personas que dijeron sí cuando me acerqué a ellos y a ella para pedirles colaborar de manera puntual.

En el vídeo que comparto, realizado por nuestro amigo Santi de lights and audio, se puede ver una pequeñísima muestra de lo que hicimos este verano. No es todo lo que hicimo, hubo mucho más, pero es lo que se puede poner en tan sólo cuatro minutos.

Esperamos poder volver a compartir con nuestros niños y nuestras niñas momentos, ilusiones, excursiones, juegos este verano.

¡Gracias a todas y a todos las/los participantes! Gracias a los padres y a las madres por confiar en nosotros/as.

Rincón lúdico-creativo "La pandilla chancleta" (asociación socio-cultural DiversaMente. Julio-Agosto 2013).