Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta amor. Mostrar todas las entradas

Va y viene

Lo sé. Dije que durante un tiempo no volvería a escribir, pues otros menesteres me tenían ocupado el tiempo. Pero es que no puedo. Hay miles de ideas que se aglutinan en mi mente. Textos que van tomando forma en mi cabeza y que quieren salir. Así que hoy, aquí estoy.

Ayer fue un día de sorpresas. Un día sin parar de hacer cosas hasta que me fui a dormir, ya algo agotada.

En diferentes sitios he leído reflexiones sobre las relaciones interpersonales, sobre las relaciones de amistad y las personas que van y vuelven.

La amistad es algo que valoro mucho. Bastantes personas han pasado por mi vida que me han dejado huella. Algunas continúan, pocas, también hay que decirlo, otras se fueron hace tiempo y no las echo de menos; algunas se marcharon en silencio y las recuerdo con nostalgia; otras que no están a mi lado, las sigo pensando y me pregunto "¿Qué pasó?". Hay veces que me cuesta desprenderme de los recuerdos y mi cabeza sigue funcionando buscando un motivo a la marcha. 

Lo sé, tengo que dejar de pensar tanto. Me lo dicen bastante a menudo. Quizás sea demasiado racional y necesito encontrar las causas, justificar todo para quedarme tranquila.

Una de mis reflexiones es que hay gente que es como el Guadiana: aparecen y desaparecen a su antojo. Pasan los años y siguen actuando así. Desaparecen y, cuando menos te lo esperas, vuelven a aparecer para contarte sus historias, buenas, menos buenas, regulares. Con las buenas, te alegras un montón e, incluso, puedes sentir hasta un poco de envidia, sana, por supuesto. Con las noticias menos buenas vuelas, hay veces que las sientes tan tuyas que hasta te crea angustia y desazón. Más de una vez he salido volando para acompañar a un amigo que se sentía fatal o que tenía que contarme las situaciones demoledoras que estaban pasando en su vida.
Recuerdo haber montado en un tren a las 7 de la mañana, más o menos, simplemente para estar durante unas horas con un amigo que lo estaba pasando bastante mal en ese momento.

Ayer me volvió a pasar. Una amistad "Guadiana", tras largo tiempo sin saber de ella, pues había cortado de forma discutible la relación, volvió a aparecer y me contó sus alegrías.

¡Qué extrañas somos a veces las personas! Pero que importante es tener a alguien a tu lado para acompañarte en los buenos y en los malos momentos.

Yo le doy mucha importancia a las personas, al grupo de amistades que son como la familia. También valoro la soledad, pues es necesario conocerte y pasar tiempo a solas, para ir creciendo, para saber enfrentarte a determinadas situaciones de las que sólo puede salir tú misma.

Pero ayer, en diferentes momentos del día, me di cuenta de la importancia de la gente, de tu gente. No significa que antes no fuera consciente, pero ayer, al escuchar la historia de una mujer, por ejemplo, me volvió a la mente la necesidad que tenemos de sentirnos apoyados, acompañados. No es cuestión de que tomen decisiones por nosotros/as, no se trata de estar sólo para los momentos de fiesta, de alegría. Como dice un gran amigo mío, a esos momentos cualquier persona se apunta. Consiste en estar, aunque sea en silencio, cuando más lo necesitamos. Un hombro donde apoyarnos a tomar aire, una mano amiga que nos ayude con las piedras del camino, una mirada que nos transmita fuerza, energía y esperanza, dos pies para llevarnos cuando pensemos que ya no podemos más (pero sólo un ratito).

A pesar de esto, sigo pensando que nos complicamos mucho la existencia y la vida cuando se trata de relacionarnos con otros seres humanos. Nos falta comunicación. Nos falta saber decir las cosas. Nos falta una educación en emociones, en sentimientos. Nos falta educación emocional.

Tengo que reconocer, así, en bajito, que a pesar de que muchas veces las amistades "Guadiana" me fastidien por el hecho de irse y volver, seguiré escuchando sus historias, buenas, menos buenas y las regulares también.





Va y viene

Lo sé. Dije que durante un tiempo no volvería a escribir, pues otros menesteres me tenían ocupado el tiempo. Pero es que no puedo. Hay miles de ideas que se aglutinan en mi mente. Textos que van tomando forma en mi cabeza y que quieren salir. Así que hoy, aquí estoy.

Ayer fue un día de sorpresas. Un día sin parar de hacer cosas hasta que me fui a dormir, ya algo agotada.

En diferentes sitios he leído reflexiones sobre las relaciones interpersonales, sobre las relaciones de amistad y las personas que van y vuelven.

La amistad es algo que valoro mucho. Bastantes personas han pasado por mi vida que me han dejado huella. Algunas continúan, pocas, también hay que decirlo, otras se fueron hace tiempo y no las echo de menos; algunas se marcharon en silencio y las recuerdo con nostalgia; otras que no están a mi lado, las sigo pensando y me pregunto "¿Qué pasó?". Hay veces que me cuesta desprenderme de los recuerdos y mi cabeza sigue funcionando buscando un motivo a la marcha. 

Lo sé, tengo que dejar de pensar tanto. Me lo dicen bastante a menudo. Quizás sea demasiado racional y necesito encontrar las causas, justificar todo para quedarme tranquila.

Una de mis reflexiones es que hay gente que es como el Guadiana: aparecen y desaparecen a su antojo. Pasan los años y siguen actuando así. Desaparecen y, cuando menos te lo esperas, vuelven a aparecer para contarte sus historias, buenas, menos buenas, regulares. Con las buenas, te alegras un montón e, incluso, puedes sentir hasta un poco de envidia, sana, por supuesto. Con las noticias menos buenas vuelas, hay veces que las sientes tan tuyas que hasta te crea angustia y desazón. Más de una vez he salido volando para acompañar a un amigo que se sentía fatal o que tenía que contarme las situaciones demoledoras que estaban pasando en su vida.
Recuerdo haber montado en un tren a las 7 de la mañana, más o menos, simplemente para estar durante unas horas con un amigo que lo estaba pasando bastante mal en ese momento.

Ayer me volvió a pasar. Una amistad "Guadiana", tras largo tiempo sin saber de ella, pues había cortado de forma discutible la relación, volvió a aparecer y me contó sus alegrías.

¡Qué extrañas somos a veces las personas! Pero que importante es tener a alguien a tu lado para acompañarte en los buenos y en los malos momentos.

Yo le doy mucha importancia a las personas, al grupo de amistades que son como la familia. También valoro la soledad, pues es necesario conocerte y pasar tiempo a solas, para ir creciendo, para saber enfrentarte a determinadas situaciones de las que sólo puede salir tú misma.

Pero ayer, en diferentes momentos del día, me di cuenta de la importancia de la gente, de tu gente. No significa que antes no fuera consciente, pero ayer, al escuchar la historia de una mujer, por ejemplo, me volvió a la mente la necesidad que tenemos de sentirnos apoyados, acompañados. No es cuestión de que tomen decisiones por nosotros/as, no se trata de estar sólo para los momentos de fiesta, de alegría. Como dice un gran amigo mío, a esos momentos cualquier persona se apunta. Consiste en estar, aunque sea en silencio, cuando más lo necesitamos. Un hombro donde apoyarnos a tomar aire, una mano amiga que nos ayude con las piedras del camino, una mirada que nos transmita fuerza, energía y esperanza, dos pies para llevarnos cuando pensemos que ya no podemos más (pero sólo un ratito).

A pesar de esto, sigo pensando que nos complicamos mucho la existencia y la vida cuando se trata de relacionarnos con otros seres humanos. Nos falta comunicación. Nos falta saber decir las cosas. Nos falta una educación en emociones, en sentimientos. Nos falta educación emocional.

Tengo que reconocer, así, en bajito, que a pesar de que muchas veces las amistades "Guadiana" me fastidien por el hecho de irse y volver, seguiré escuchando sus historias, buenas, menos buenas y las regulares también.





Soy mala madre, ¿y qué?

Siempre he creído que no soy una madre al uso. Siempre he pensado que el hecho de ser madre, de traer una vida al mundo no significa que dejes de ser persona, de ser mujer. Sigues siendo todo eso, pero con un añadido.

Respeto a esas personas que se dedican en cuerpo y alma a su descendencia, dejándose de lado a ellas mismas y, a veces, a su pareja. 

En mi casa lo hablamos mucho. Te conviertes en madre, en padre, pero también sigues teniendo una relación de pareja que tienes que alimentar y cuidar. ¿Por qué nos cegamos tanto que abandonamos eso? 

En muchas ocasiones, parece que ser madre significa que no puedes seguir saliendo a correr (quien lo haga, yo prefiero las largas caminatas), que no puedes continuar estudiando o ascendiendo en tu vida laboral. Parece que estás cometiendo un sacrilegio si un día, dejas a tu hija o a tu hijo con tu pareja o con tu madre o padre o hermana/o y te vas a tomar algo con tus amistades, a dar un paseo o te vas de cena súper súper romántica con tu pareja.

¡Ayss qué equivocada está esa gente!

Me declaro una madre malísima, la peor de las peores. Reconozco que para mí es muy importante no perder el contacto con mis amistades, con mi pareja, que quiero seguir estudiando para poder optar a un puesto de trabajo mejor (cuando la cosa se estabilice y mejore, de momento me conformo con un trabajo). Entono el mea culpa cuando prefiero dejar a mis hijos/as con mi madre (gracias mami) para irme a dar una vuelta con mis amigas o para ver una obra de microteatro o hacer una ruta de senderismo porque necesito respirar aire puro y desconectar.

Venga, va, lo reconozco, soy una pesíma madre.

De pronto, anoche recibo un mail de un amigo donde me pasa unos enlaces o links que son "muy cuquis". Los abro, investigo, hojeo, releo, pincho por allá y por acá... ¡Qué alegría más grande! Compruebo que no soy la única. Me doy cuenta que por el mundo (bueno, vale, al menos en España) hay más madres como yo y que se hacen llamar "malas madres". Obviamente, no hay ni qué decir que me he unido a este selecto club. Jajajaja

Pues nada, ahí os dejo el enlace para que lo veáis y que si os consideráis unas malas madres o malos padres, os hagáis del club. A mí me ha encantado.

http://clubdemalasmadres.com/

Soy mala madre, ¿y qué?

Siempre he creído que no soy una madre al uso. Siempre he pensado que el hecho de ser madre, de traer una vida al mundo no significa que dejes de ser persona, de ser mujer. Sigues siendo todo eso, pero con un añadido.

Respeto a esas personas que se dedican en cuerpo y alma a su descendencia, dejándose de lado a ellas mismas y, a veces, a su pareja. 

En mi casa lo hablamos mucho. Te conviertes en madre, en padre, pero también sigues teniendo una relación de pareja que tienes que alimentar y cuidar. ¿Por qué nos cegamos tanto que abandonamos eso? 

En muchas ocasiones, parece que ser madre significa que no puedes seguir saliendo a correr (quien lo haga, yo prefiero las largas caminatas), que no puedes continuar estudiando o ascendiendo en tu vida laboral. Parece que estás cometiendo un sacrilegio si un día, dejas a tu hija o a tu hijo con tu pareja o con tu madre o padre o hermana/o y te vas a tomar algo con tus amistades, a dar un paseo o te vas de cena súper súper romántica con tu pareja.

¡Ayss qué equivocada está esa gente!

Me declaro una madre malísima, la peor de las peores. Reconozco que para mí es muy importante no perder el contacto con mis amistades, con mi pareja, que quiero seguir estudiando para poder optar a un puesto de trabajo mejor (cuando la cosa se estabilice y mejore, de momento me conformo con un trabajo). Entono el mea culpa cuando prefiero dejar a mis hijos/as con mi madre (gracias mami) para irme a dar una vuelta con mis amigas o para ver una obra de microteatro o hacer una ruta de senderismo porque necesito respirar aire puro y desconectar.

Venga, va, lo reconozco, soy una pesíma madre.

De pronto, anoche recibo un mail de un amigo donde me pasa unos enlaces o links que son "muy cuquis". Los abro, investigo, hojeo, releo, pincho por allá y por acá... ¡Qué alegría más grande! Compruebo que no soy la única. Me doy cuenta que por el mundo (bueno, vale, al menos en España) hay más madres como yo y que se hacen llamar "malas madres". Obviamente, no hay ni qué decir que me he unido a este selecto club. Jajajaja

Pues nada, ahí os dejo el enlace para que lo veáis y que si os consideráis unas malas madres o malos padres, os hagáis del club. A mí me ha encantado.

http://clubdemalasmadres.com/

Un beso


Fue solamente un beso
para mí fue sólo eso.
Si te he visto no me acuerdo,
y si me acuerdo lo desmiento.

Fue la magia del momento.
De llevar tanto sin vernos.
Fue querer y no poder
dar marcha atrás parar el tiempo.
Fue poder y no querer seguir mintiendo.


Fue como son los cuentos,
con final feliz, contento.
Estábamos soñando,
pero estábamos despiertos.

Fue la magia del momento
De llevar tanto sin vernos
Fue querer y no poder
dar marcha atrás parar el tiempo
Fue poder y no querer seguir mintiendo.


Fue un beso, sólo eso.
Nada más y nada menos,
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo.
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan solo un par de amigos
Recordando viejos, tiempos
mejores.


Fue solamente un beso,
y ojalá que fueran cientos.
Pero me dijiste que eso
hubiera sido un desacierto.

Nos quedamos con las ganas
de volver a estar de nuevo juntos.
Otra madrugada bajo el techo de esta casa.
Y te fuiste sin decirme hasta mañana.

Un beso sólo eso.
Nada más y nada menos
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo.
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan sólo un par de amigos
Recordando viejos tiempos.

Y fue tan sólo...
Un beso, sólo eso.
Nada más y nada menos.
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan sólo un par de amigos
Recordando viejos, tiempos
mejores.
"Fue solamente un beso" (Tontxu): https://www.youtube.com/watch?v=4Eb9sN-zuQE 

¿Qué son los besos? ¿Qué significan los besos? ¿Qué queremos demostrar con ellos?  
Según el artículo que comparto a continuación, muchos son los beneficios de los besos para la salud, en concreto se enumeran 10. 


En alguno de los talleres que realizo con niños/as en los coles, hablamos de las clases de besos que existen: hay besos de hermanos, de pareja, de casados, de amigos, besos escondidos, de "Judas"... tantos tipos de besos. Para hacerlo más ameno y divertido, les pongo una canción de Rosana que se titula "Besos". Es una forma muy sutil de hablar de cuándo pueden dejarse besar y cuando no es bueno que lo hagan. También les explico que, si lo dicen adecuadamente, pueden negarse a dar besos o a recibirlos. Los besos tienen que salir del alma y del corazón, no tienen que ser impuestos.

Pero, para las personas adultas, ¿qué significado tienen los besos?




Un beso


Fue solamente un beso
para mí fue sólo eso.
Si te he visto no me acuerdo,
y si me acuerdo lo desmiento.

Fue la magia del momento.
De llevar tanto sin vernos.
Fue querer y no poder
dar marcha atrás parar el tiempo.
Fue poder y no querer seguir mintiendo.


Fue como son los cuentos,
con final feliz, contento.
Estábamos soñando,
pero estábamos despiertos.

Fue la magia del momento
De llevar tanto sin vernos
Fue querer y no poder
dar marcha atrás parar el tiempo
Fue poder y no querer seguir mintiendo.


Fue un beso, sólo eso.
Nada más y nada menos,
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo.
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan solo un par de amigos
Recordando viejos, tiempos
mejores.


Fue solamente un beso,
y ojalá que fueran cientos.
Pero me dijiste que eso
hubiera sido un desacierto.

Nos quedamos con las ganas
de volver a estar de nuevo juntos.
Otra madrugada bajo el techo de esta casa.
Y te fuiste sin decirme hasta mañana.

Un beso sólo eso.
Nada más y nada menos
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo.
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan sólo un par de amigos
Recordando viejos tiempos.

Y fue tan sólo...
Un beso, sólo eso.
Nada más y nada menos.
Que un beso, sólo eso.
Cada noche lo recuerdo
Un beso, sólo eso. 
Éramos tan sólo un par de amigos
Recordando viejos, tiempos
mejores.
"Fue solamente un beso" (Tontxu): https://www.youtube.com/watch?v=4Eb9sN-zuQE 

¿Qué son los besos? ¿Qué significan los besos? ¿Qué queremos demostrar con ellos?  
Según el artículo que comparto a continuación, muchos son los beneficios de los besos para la salud, en concreto se enumeran 10. 


En alguno de los talleres que realizo con niños/as en los coles, hablamos de las clases de besos que existen: hay besos de hermanos, de pareja, de casados, de amigos, besos escondidos, de "Judas"... tantos tipos de besos. Para hacerlo más ameno y divertido, les pongo una canción de Rosana que se titula "Besos". Es una forma muy sutil de hablar de cuándo pueden dejarse besar y cuando no es bueno que lo hagan. También les explico que, si lo dicen adecuadamente, pueden negarse a dar besos o a recibirlos. Los besos tienen que salir del alma y del corazón, no tienen que ser impuestos.

Pero, para las personas adultas, ¿qué significado tienen los besos?




En tu relación de pareja...

Difícil reto me han propuesto en un instituto de la provincia de Salamanca. Tengo que hablar a adolescentes de las relaciones de pareja. 

Creo que nunca he tenido tan claro qué es lo que quiero de mi pareja. Quizás los años, la experiencia, la sabiduría, las meteduras de pata, las "puñaladas", las desilusiones,... en definitiva, la vida, me han hecho conocer y descubrir qué quiero, qué necesito. Bueno, en realidad, lo que tengo claro es lo qué no quiero.
Lo difícil es plasmar mis "conocimientos" en sesiones de 45 minutos sin que resulte demagoga, sin que sean opiniones subjetivas... Lo que quiero es que ellas y ellos se den cuenta de lo que hay en la sociedad, de lo que nos han impuesto y hemos normalizado. Quiero que descubran qué es lo que realmente quieren y necesitan. 

Lo sé, es complicado. Están en pleno desarrollo, con las hormonas revolucionadas no, lo siguiente. Están descubriendo y descubriéndose. Pero me conformo con que les remueva algo en sus cabecitas, que casi no usan, y comiencen a cuestionarse y a plantearse que no "todo es oro" y que no todo es aceptable en el amor.
Vamos, que la frase típica y tópica de "en el amor y en la guerra todo vale" debemos desterrarla. 

Pero, ¿cómo se lo explicas a adolescentes de 14, 15, 16 años sin que se rían de ti?
La cuestión es ésa. Yo trato de hacerlo ameno y divertido: que si un cuento, que si un vídeo, algún comentario gracioso... Si están receptivos/as, todo fluye. Si no están "por la labor", da igual cómo lo hagas que no te van a hacer ni caso.

Planteándome todas estas cuestiones, descubrí este artículo, publicado en la red, que me parece bastante esquemático y simple, pero correcto.
La idea del amor romántico, con sus mitos alejados de la realidad, están presentes en la población adolescente, pero en la adulta también.

http://mejorconsalud.com/5-cosas-que-no-debes-permitir-en-tu-relacion-de-pareja/

En tu relación de pareja...

Difícil reto me han propuesto en un instituto de la provincia de Salamanca. Tengo que hablar a adolescentes de las relaciones de pareja. 

Creo que nunca he tenido tan claro qué es lo que quiero de mi pareja. Quizás los años, la experiencia, la sabiduría, las meteduras de pata, las "puñaladas", las desilusiones,... en definitiva, la vida, me han hecho conocer y descubrir qué quiero, qué necesito. Bueno, en realidad, lo que tengo claro es lo qué no quiero.
Lo difícil es plasmar mis "conocimientos" en sesiones de 45 minutos sin que resulte demagoga, sin que sean opiniones subjetivas... Lo que quiero es que ellas y ellos se den cuenta de lo que hay en la sociedad, de lo que nos han impuesto y hemos normalizado. Quiero que descubran qué es lo que realmente quieren y necesitan. 

Lo sé, es complicado. Están en pleno desarrollo, con las hormonas revolucionadas no, lo siguiente. Están descubriendo y descubriéndose. Pero me conformo con que les remueva algo en sus cabecitas, que casi no usan, y comiencen a cuestionarse y a plantearse que no "todo es oro" y que no todo es aceptable en el amor.
Vamos, que la frase típica y tópica de "en el amor y en la guerra todo vale" debemos desterrarla. 

Pero, ¿cómo se lo explicas a adolescentes de 14, 15, 16 años sin que se rían de ti?
La cuestión es ésa. Yo trato de hacerlo ameno y divertido: que si un cuento, que si un vídeo, algún comentario gracioso... Si están receptivos/as, todo fluye. Si no están "por la labor", da igual cómo lo hagas que no te van a hacer ni caso.

Planteándome todas estas cuestiones, descubrí este artículo, publicado en la red, que me parece bastante esquemático y simple, pero correcto.
La idea del amor romántico, con sus mitos alejados de la realidad, están presentes en la población adolescente, pero en la adulta también.

http://mejorconsalud.com/5-cosas-que-no-debes-permitir-en-tu-relacion-de-pareja/

Los celos... ese falso modo de demostrar el amor


Ya he comenzado este curso escolar a impartir talleres sobre igualdad y violencia de género. Ya he dialogado con varios/as adolescentes y la inmensa mayoría consideran que los celos son una muestra de amor, ni siquiera se plantean que sea una muestra de inseguridad por parte de quien los demuestra.

Hace algunos años, los celos eran la justificación que la sociedad (representada por los medios de comunicación) daba ante los asesinatos cometidos por los maridos. Se denominaban crímenes pasionales. Sí, pasión a la hora de asestar unas decenas de puñaladas en el cuerpo de la mujer, pasión a la hora de apretar el gatillo, pasión a la hora de sujetar un hacha y asestar un golpe. Sí, pasión.
La pasión se tiene que demostrar en los besos, en los abrazos, en las horas de conversación implicándote con la otra persona, en las noches, en los días,... Pasión por compartir momentos con la persona a la que quieres. Eso es pasión, lo otro, son las ideas machistas de una sociedad patriarcal y androcéntrica que considera, aún, que la mujer es un objeto que tiene que ser controlado, sometido, a la que "hay que atar corto" no siendo que piense demasiado y lo abandone, lo deje solo. Porque ése es el miedo de la persona que siente celos o siente "pasión": el miedo a la soledad, a no llevar la voz cantante, el no ser el todo y el centro para la otra persona.



Una persona que conozco decía que él no tenía novia, sino que tenía a una compañera de viaje. Una persona que había decidido compartir con él este viaje llamado vida. A día de hoy, sigue con esa compañera y son padres.

En el siguiente enlace aparece un artículo publicado en el diario nacional El País donde nos hablan de los celos.
 
http://elpais.com/elpais/2014/11/21/eps/1416593429_192765.html

Teresa de Calcuta dijo...



Hay personas que tienen pareja pero se sienten tan solas y vacías como si no las tuvieran.
Hay otras que por no esperar deciden caminar al lado de alguien equivocado y en su egoísmo, no permite que ese alguien se aleje aún sabiendo que no le hace feliz.
Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos ya destruidos, por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable.
Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, pero ese viaje es duro, incómodo y nos llena de dolor y abandono.

Pero hay otras personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan, al contrario, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque las ayuda a acercarse a si mismas, a crecer y a fortalecer su interior.
Esas personas son las que un día, sin saber el momento exacto ni el por qué, se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor
y se enamoran de una forma maravillosa.

TERESA DE CALCUTA




Recomendaciones cinematográficas

En este post toca recomendar una serie de películas que para mí tienen un significado especial. Divertidas, para pensar, entretenidas, de humor, de animación, juveniles, infantiles,... ¡qué mas da! Lo importante es que se hagan pasar un buen rato y, si quieres, te ayuden a pensar y reflexionar, algo que tenemos olvidado.
Disfrutadla. Para mi gusto, son dignas de ver varias veces.

La fortaleza de las mujeres y su capacidad de lucha y de cambiar estereotipos e ideales se ve reflejada en estas dos películas protagonizadas por Julia Roberts:

Erin Brokovich












La sonrisa de Mona Lisa










¿Qué ocurre cuando un chico quiere hacer algo que es considerado cosas de chicas? Pues el ejemplo lo tenéis en esta película inglesa.
Billy Elliot











Sí, película de dibujos animados. La última sensación de las pasadas navidades en mi casa. Divertida, entretenida y con nos hace pensar sobre el miedo a lo desconocido. Señoras, señores, os presento a...Los Croods
¿Queréis pasar un rato divertido y bailar como si estuviéseis de carnaval en Río de Janeiro? Entonces, tenéis que ver Rio.

¿Cómo enamorar a un chico? ¿Qué hacer para conquistar a una chica? ¿Tenemos que ser realmente como somos o debemos enmascarar nuestros defectos y nuestras virtudes? Toda la teoría se va al traste cuando alguien conquista tu corazón.
La cruda realidad y La fuente de las mujeres

He de reconocer que Javier Cámara me encanta y en esta película no iba a ser menos. Película fresca, divertida donde se ven las dificultades para aceptar que una persona es homosexual. 
Fuera de carta

No es una gran película, pero tiene el punto justo de humor y diversión para hacerte evadir de todos tus problemas y pasar un rato muy divertido. En 8 apellidos vascos se observar los estereotipos que existen en torno a los andaluces y los vascos. Dani Rovira todo un descubrimiento como actor. En realidad, el elenco es sensacional.




Y sin embargo... te quiero

CUANDO HABLO DE AMOR

No hablo de estar enamorado cuando hablo de amor,
no hablo de sexo cuando hablo de amor,
no hablo de emociones que sólo existen en los libros,
no hablo de placeres reservados para los exquisitos.
No hablo de grandes cosas.

Hablo de una emoción capaz de ser vivida por cualquiera,
hablo de sentimientos simples y verdaderos,
hablo de vivencias transcendentes pero no sobrehumanas,
hablo del amor tan sólo como querer mucho a alguien.

Pero, ¿qué estamos diciendo cuando decimos “Te quiero” ?
Yo creo que decimos: “Me importa tu bienestar”.
Nada más, ni nada menos.

Cuando quiero a alguien, me doy cuenta de la importancia
que tiene para mí lo que hace, lo que le gusta y lo que le duele “Te quiero” significa, pues, me importa de ti;
y “te amo” significa me importa muchísimo.

Y tanto me importa que, cuando te amo, a veces priorizo
tu bienestar por encima de otras cosas que también
son importantes para mí.

Esta definición conducirá a la plena conciencia de dos hechos: no es verdad que te quieran mucho aquellos a quienes no les importa demasiado tu vida, y no es verdad
que no te quieran los que viven pendientes de lo que te pasa.

Repito: si de verdad me quieres: ¡te importa de mí!
Y por lo tanto, aunque sea doloroso aceptarlo,
si no te importa de mí, será porque no me quieres.

Esto no tiene nada de malo, no habla mal de vos que no me quieras, solamente es la realidad, aunque sea una triste realidad.

Hay muchas cosas que yo puedo hacer para demostrar, para mostrar, para corroborar, confirmar o legitimar que te quiero, pero hay una sola cosa que yo puedo hacer con mi amor, y es quererte, ocuparme de vos, actuar mis afectos
como yo los sienta. Y como yo lo sienta será mi manera de quererte.

Tú puedes recibirlo o puedes negarlo, puedes darte cuenta
de lo que significa o puedes ignorarlo supinamente.

Pero esta es mi manera de quererte, no hay ninguna otra disponible.

Querer y mostrarte que te quiero pueden ser dos cosas distintas para mí y para ti. Y en estas, como en todas las cosas, podemos estar en absoluto desacuerdo sin que necesariamente alguno de los dos esté equivocado.

Cuando alguien te quiere, lo que hace es ocupar una parte de su vida, de su tiempo y de su atención en ti. Cuando alguien te quiere, sus acciones dejan ver claramente cuánto le importas.

Yo no creo que el amor sea un espacio de sacrificio.
Yo no creo que sacrificarse por el otro garantice ningún amor, y mucho menos creo que esta sea la pauta que reafirma mi amor por el otro.

El amor es un sentimiento que avala la capacidad para disfrutar juntos de las cosas y no una medida de cuánto estoy dispuesto a sufrir por ti, o cuánto soy capaz de renunciar a mí.

A medida que recorro el camino del encuentro, aprendo a aceptar que quizás no me quieras.

El afecto es una de las pocas cosas cotidianas que no depende sólo de lo que hagamos nosotros, ni exclusivamente de nuestra decisión, sino de que, de hecho, suceda. Sucede o no sucede, y si no sucede, no hay manera de hacer que suceda, ni en mí ni en ti.

Si me sacrifico, me mutilo, y cancelo mi vida por ti, podré conseguir tu lástima, tu desprecio, tu conmiseración,
quizás hasta gratitud, pero no conseguiré que me quieras,
porque eso no depende de lo que yo pueda hacer.

No sólo no podemos hacer nada para que nos quieran,
sino que tampoco podemos hacer nada para dejar de querer.

JORGE BUCAY