Last Christmas


Se acerca el final de la Navidad. La verdad que lo que desde hace unos años me gusta más de estas fechas es el "lío" de ayudar a los Reyes Magos con los regalos, escribir la carta, esconder, envolver, "picar" al personal, etc.

Este año es algo diferente, la verdad. Nos falta una persona. Se ha echado de menos el salir pitando para verla en "su casa" y su regañina porque no la íbamos a ver más a menudo. Lo cierto es que lo llevo pensando desde dos semanas antes de que comenzase toda esta algarabía de la Navidad. Falta algo.

Pero también son diferentes porque hay que cuidar a otra persona que cada vez va decayendo más. Trabajamos la paciencia, la mano izquierda, el aguante... y todo lo maquillamos con el amor que sentimos por ella. Está, pero no está. Y, aunque se hace duro, siempre hay que tener una sonrisa dispuesta y esconder el dolor que se reflejan en los ojos y que sientes en el corazón.

Pero no todo son penas. Hay una pequeña alegría que corretea, que te come a besos, que te pedí las cosas "por fis" y que corre al regazo de la "bi" para que la proteja y no la riñan. Con su sonrisa te desarma y te inunda de luz. Pero ya, cuando se junta con "su tata", un halo mágico rodea todo el entorno y, por unos segundos, las penas se olvidan.

Las siguientes navidades volverán a ser distintas. Ni mejores ni peores, como éstas, simplemente diferentes. Porque nosotros habremos cambiado algo, porque quizás tengamos menos ganas de celebrar, aunque tengamos más motivos, porque los años nos puedan o porque dejemos que las tristezas, aunque menos, venzan a las alegrías.

Es el momento de hacer balance. Llegamos al final de un recorrido y tendremos que elegir por dónde continuar, tenemos que decidir si dejamos que prime lo negativo o lo positivo. En nuestra mano está.




Last Christmas


Se acerca el final de la Navidad. La verdad que lo que desde hace unos años me gusta más de estas fechas es el "lío" de ayudar a los Reyes Magos con los regalos, escribir la carta, esconder, envolver, "picar" al personal, etc.

Este año es algo diferente, la verdad. Nos falta una persona. Se ha echado de menos el salir pitando para verla en "su casa" y su regañina porque no la íbamos a ver más a menudo. Lo cierto es que lo llevo pensando desde dos semanas antes de que comenzase toda esta algarabía de la Navidad. Falta algo.

Pero también son diferentes porque hay que cuidar a otra persona que cada vez va decayendo más. Trabajamos la paciencia, la mano izquierda, el aguante... y todo lo maquillamos con el amor que sentimos por ella. Está, pero no está. Y, aunque se hace duro, siempre hay que tener una sonrisa dispuesta y esconder el dolor que se reflejan en los ojos y que sientes en el corazón.

Pero no todo son penas. Hay una pequeña alegría que corretea, que te come a besos, que te pedí las cosas "por fis" y que corre al regazo de la "bi" para que la proteja y no la riñan. Con su sonrisa te desarma y te inunda de luz. Pero ya, cuando se junta con "su tata", un halo mágico rodea todo el entorno y, por unos segundos, las penas se olvidan.

Las siguientes navidades volverán a ser distintas. Ni mejores ni peores, como éstas, simplemente diferentes. Porque nosotros habremos cambiado algo, porque quizás tengamos menos ganas de celebrar, aunque tengamos más motivos, porque los años nos puedan o porque dejemos que las tristezas, aunque menos, venzan a las alegrías.

Es el momento de hacer balance. Llegamos al final de un recorrido y tendremos que elegir por dónde continuar, tenemos que decidir si dejamos que prime lo negativo o lo positivo. En nuestra mano está.




Lo último...

En estas dos semanas he visto un par de noticias que se han repetido. Ambas me han llegado desde diferentes puntos entre medios de comunicación de prensa escrita, personas conocidas, amistades…

Una de ellas se refiere a una escena de la película “Último tango en París”, protagonizada por el gran actor Marlon Brando. En su momento, hace ya algunos años, la actriz protagonista denunció que se había sentido humillada y hasta violada en una escena de la película. Ahora sale a la luz unas declaraciones de su famoso director diciendo que tanto el actor protagonista como él mismo habían decidido no comentar con la actriz el método que iban a usar para desarrollar esa escena pues necesitaba que fuera creíble y que la actriz se sintiera realmente humillada.

Obviamente, un gran revuelo se ha creado en torno a esas declaraciones y, días después, el director se desdecía de sus palabras. 

La siguiente noticia se refiere a algo “más reciente”. Un cantante actual (sinceramente, yo no he escuchado nada de él y creo que lo he oído mencionar en dos ocasiones), del que no voy a decir su nombre para no darle mayor publicidad, ha saltado en las redes sociales debido al contenido de una canción donde básicamente dice que las chicas hacen todo lo que él quiere en cualquier momento. La magnitud de sus palabras ha llegado a tal punto, que se ha creado una campaña en change.orgpara que se prohíba y se quite el vídeo relacionado con la canción.
Cantantes como Iván Ferreiro han usado las redes sociales, en concreto Twitter, para denunciar que no se puede consentir el uso de la música para fomentar actitudes machistas.

En mis talleres suelo emplear bastantes canciones. Elegidas a conciencia, por supuesto. A las chicas y a los chicos les digo que tienen que ser cuidadosas/os con lo que escuchan, pues una canción nos puede parecer muy pegadiza y tener una buena música, pero la letra… la letra puede estar fomentando el odio, la violencia…y, como en este caso, actitudes de control, poder del hombre sobre la mujer.
Lo cierto es que, hasta que no he empezado, hace unos años, a preparar talleres y charlas para centros educativos, no me había parado a analizar determinadas letras de canciones. Por este motivo, al descubrir lo que se escondía detrás de muchas de ellas, las cuales, en su mayoría, son bien conocidas, soy tan insistente en prevenirles sobre lo que escuchan.

Actores, cantantes, actrices, youtubers,… hay tantas personas que pueden influir en la personalidad de nuestras/os adolescentes y, quizás, no somos conscientes de ello.
Nos puede sorprender como un niño y una niña lloren y se enfaden en un programa como “Tu cara me suena” cuando descubren que tienen que imitar a Justin Bieber o Miley Cirus porque no les gustan, porque no comparten sus actitudes y su forma de vivir y de actuar. Estos críos tienen las cosas claras y no es muy normal, por eso nos sorprende.
Cantantes como el que ha salido publicitado estos días, directores de cine que hacen estas confesiones influyen en la conciencia de las personas y nos muestran que aún existen mentalidades que piensan que las mujeres somos objetos sexuales, sin conciencia, sin alma, sin corazón y que, como tales, nos pueden manejar y vapulearnos a su antojo porque ellos son los “machos” y tienen el poder.
Luego nos sorprendemos cuando las estadísticas nos anuncian que han aumentado las agresiones entre las parejas jóvenes, cuando descubrimos que las actitudes machistas aún siguen presentes, incluso más enraizadas, en las generaciones “más tiernas” y nos llevamos a la cabeza cuando un hijo mata a su madre porque no estaba de acuerdo con su forma de vivir.

Aún queda camino por recorrer, ya lo he dicho en otras ocasiones. Y no nos sirve sólo campañas momentáneas, temporales, sino que las acciones tienen que ser continuadas en el tiempo. Hay que trabajar desde una edad temprana para cultivar la semilla de la igualdad. La igualdad entre sexos, entre las personas que es lo que, en definitiva, somos los hombres y las mujeres: seres humanos con unas diferencias biológicas que nos hace complementarios.
Es una lástima que tengamos que crear campañas para fomentar las No agresiones sexistas en fiestas concretas, pues aún existen energúmenos que se piensan que todo vale y que, en ocasiones, cuando una chica dice NO, lo hace con la boca chica, pues en sus ojos ve que ella quiere, en realidad, tener relaciones sexuales con él porque sus actos (sus bailes, sus coqueteos, su ropa) así lo demuestran.
      


Las dos noticias que he comentado en este post, son un pequeñísimo ejemplo de lo que existe en realidad. Os podía mostrar más entrevistas de personajes conocidos que con sus palabras fomentan la desigualdad entre hombres y mujeres, que hablan de la inferioridad de la mujer y de cómo hay que tratarla. También os podría enseñar más cantantes que, con sus canciones, retratan las ideas, erróneas, del amor romántico e incentivan a que el hombre se imponga a la mujer en la relación. Pero no lo voy a hacer porque este post sería mucho más extenso. Os animo a que lo hagáis, a que escuchéis con detenimiento canciones de ayer y de hoy. Seguro que os sorprendéis.


Lo último...

En estas dos semanas he visto un par de noticias que se han repetido. Ambas me han llegado desde diferentes puntos entre medios de comunicación de prensa escrita, personas conocidas, amistades…

Una de ellas se refiere a una escena de la película “Último tango en París”, protagonizada por el gran actor Marlon Brando. En su momento, hace ya algunos años, la actriz protagonista denunció que se había sentido humillada y hasta violada en una escena de la película. Ahora sale a la luz unas declaraciones de su famoso director diciendo que tanto el actor protagonista como él mismo habían decidido no comentar con la actriz el método que iban a usar para desarrollar esa escena pues necesitaba que fuera creíble y que la actriz se sintiera realmente humillada.

Obviamente, un gran revuelo se ha creado en torno a esas declaraciones y, días después, el director se desdecía de sus palabras. 

La siguiente noticia se refiere a algo “más reciente”. Un cantante actual (sinceramente, yo no he escuchado nada de él y creo que lo he oído mencionar en dos ocasiones), del que no voy a decir su nombre para no darle mayor publicidad, ha saltado en las redes sociales debido al contenido de una canción donde básicamente dice que las chicas hacen todo lo que él quiere en cualquier momento. La magnitud de sus palabras ha llegado a tal punto, que se ha creado una campaña en change.org para que se prohíba y se quite el vídeo relacionado con la canción.
Cantantes como Iván Ferreiro han usado las redes sociales, en concreto Twitter, para denunciar que no se puede consentir el uso de la música para fomentar actitudes machistas.

En mis talleres suelo emplear bastantes canciones. Elegidas a conciencia, por supuesto. A las chicas y a los chicos les digo que tienen que ser cuidadosas/os con lo que escuchan, pues una canción nos puede parecer muy pegadiza y tener una buena música, pero la letra… la letra puede estar fomentando el odio, la violencia…y, como en este caso, actitudes de control, poder del hombre sobre la mujer.
Lo cierto es que, hasta que no he empezado, hace unos años, a preparar talleres y charlas para centros educativos, no me había parado a analizar determinadas letras de canciones. Por este motivo, al descubrir lo que se escondía detrás de muchas de ellas, las cuales, en su mayoría, son bien conocidas, soy tan insistente en prevenirles sobre lo que escuchan.

Actores, cantantes, actrices, youtubers,… hay tantas personas que pueden influir en la personalidad de nuestras/os adolescentes y, quizás, no somos conscientes de ello.
Nos puede sorprender como un niño y una niña lloren y se enfaden en un programa como “Tu cara me suena” cuando descubren que tienen que imitar a Justin Bieber o Miley Cirus porque no les gustan, porque no comparten sus actitudes y su forma de vivir y de actuar. Estos críos tienen las cosas claras y no es muy normal, por eso nos sorprende.
Cantantes como el que ha salido publicitado estos días, directores de cine que hacen estas confesiones influyen en la conciencia de las personas y nos muestran que aún existen mentalidades que piensan que las mujeres somos objetos sexuales, sin conciencia, sin alma, sin corazón y que, como tales, nos pueden manejar y vapulearnos a su antojo porque ellos son los “machos” y tienen el poder.
Luego nos sorprendemos cuando las estadísticas nos anuncian que han aumentado las agresiones entre las parejas jóvenes, cuando descubrimos que las actitudes machistas aún siguen presentes, incluso más enraizadas, en las generaciones “más tiernas” y nos llevamos a la cabeza cuando un hijo mata a su madre porque no estaba de acuerdo con su forma de vivir.

Aún queda camino por recorrer, ya lo he dicho en otras ocasiones. Y no nos sirve sólo campañas momentáneas, temporales, sino que las acciones tienen que ser continuadas en el tiempo. Hay que trabajar desde una edad temprana para cultivar la semilla de la igualdad. La igualdad entre sexos, entre las personas que es lo que, en definitiva, somos los hombres y las mujeres: seres humanos con unas diferencias biológicas que nos hace complementarios.
Es una lástima que tengamos que crear campañas para fomentar las No agresiones sexistas en fiestas concretas, pues aún existen energúmenos que se piensan que todo vale y que, en ocasiones, cuando una chica dice NO, lo hace con la boca chica, pues en sus ojos ve que ella quiere, en realidad, tener relaciones sexuales con él porque sus actos (sus bailes, sus coqueteos, su ropa) así lo demuestran.
      


Las dos noticias que he comentado en este post, son un pequeñísimo ejemplo de lo que existe en realidad. Os podía mostrar más entrevistas de personajes conocidos que con sus palabras fomentan la desigualdad entre hombres y mujeres, que hablan de la inferioridad de la mujer y de cómo hay que tratarla. También os podría enseñar más cantantes que, con sus canciones, retratan las ideas, erróneas, del amor romántico e incentivan a que el hombre se imponga a la mujer en la relación. Pero no lo voy a hacer porque este post sería mucho más extenso. Os animo a que lo hagáis, a que escuchéis con detenimiento canciones de ayer y de hoy. Seguro que os sorprendéis.


25N

Esta semana se celebra el día 25 (viernes), el día internacional contra la violencia de género o la violencia contra la mujer.

En Salamanca, los actos "conmemorativos" comenzaron el pasado jueves 17 con la presentación del libro "No resignación", editado por el Ayuntamiento de Salamanca y donde se reúnen poetisas y poetas de todo el mundo por la no violencia contra la mujer.

No soy yo de mucha poesía, pero en el acto tuve la suerte de escuchar algunos de estos poemas en la voz de poetisas y poetas españoles y la verdad es que se me pusieron los pelos de punta. Además, el acto contó con un pequeño concierto de un trío que puso música a poemas de autores conocidos. La sensibilidad y la emoción a flor de piel.


En esta semana se sucederán los actos en la calle, en los medios de comunicación se harán reportajes algo más extensos, se emitirán programas dedicados a este problema social, podremos ver en la TV, oír en la radio y leer campañas contra la violencia de género pidiendo a las mujeres que denuncien, como si la denuncia fuese la solución a todos sus problemas. Pero como hablaba con una profesora universitaria esta mañana: esto no se puede quedar en un día, sino que tiene que ser una constante. Y como con este tema, con otros tantos.

Yo comenzaré el miércoles con una charla-taller en la Fundación de Secretariado Gitano de Salamanca. El jueves participaré en una mesa redonda en la Universidad de Salamanca y finalizaré el viernes con un acto organizado por el Ayuntamiento de esta localidad: obra de teatro en El Liceo, lectura de manifiesto y performance.

Y después de estos días, ¿qué?

En el siguiente vídeo os dejo unos consejos prácticos que nos da la bloguera Isasaweis orientados a aquellas mujeres que tienen que ocultar un ojo morado. No os lo perdáis, no tiene desperdicio. No lo cortéis, lo mejor, viene al final.




BUENA NUEVA
"Perdónalos porque no saben lo que hacen" (Evangelio de Lucas, 23,34)

No le digas a nadie tu nombre verdadero.
Escóndete, reniega de tu origen,
no vuelvas la cabeza.
Tu mundo se acabó ¿era tu mundo?
Sal a la luz. Hay luz, es clara y tibia.
Deja que la sonrisa te visite de nuevo.
Haz con el miedo el último gazpacho
y bebe a tu salud.
Pero no le perdones, por sí sabe lo que hace.

Poema de Enrique García Trinidad. En el libro "No resignación".

25N

Esta semana se celebra el día 25 (viernes), el día internacional contra la violencia de género o la violencia contra la mujer.

En Salamanca, los actos "conmemorativos" comenzaron el pasado jueves 17 con la presentación del libro "No resignación", editado por el Ayuntamiento de Salamanca y donde se reúnen poetisas y poetas de todo el mundo por la no violencia contra la mujer.

No soy yo de mucha poesía, pero en el acto tuve la suerte de escuchar algunos de estos poemas en la voz de poetisas y poetas españoles y la verdad es que se me pusieron los pelos de punta. Además, el acto contó con un pequeño concierto de un trío que puso música a poemas de autores conocidos. La sensibilidad y la emoción a flor de piel.


En esta semana se sucederán los actos en la calle, en los medios de comunicación se harán reportajes algo más extensos, se emitirán programas dedicados a este problema social, podremos ver en la TV, oír en la radio y leer campañas contra la violencia de género pidiendo a las mujeres que denuncien, como si la denuncia fuese la solución a todos sus problemas. Pero como hablaba con una profesora universitaria esta mañana: esto no se puede quedar en un día, sino que tiene que ser una constante. Y como con este tema, con otros tantos.

Yo comenzaré el miércoles con una charla-taller en la Fundación de Secretariado Gitano de Salamanca. El jueves participaré en una mesa redonda en la Universidad de Salamanca y finalizaré el viernes con un acto organizado por el Ayuntamiento de esta localidad: obra de teatro en El Liceo, lectura de manifiesto y performance.

Y después de estos días, ¿qué?

En el siguiente vídeo os dejo unos consejos prácticos que nos da la bloguera Isasaweis orientados a aquellas mujeres que tienen que ocultar un ojo morado. No os lo perdáis, no tiene desperdicio. No lo cortéis, lo mejor, viene al final.




BUENA NUEVA
"Perdónalos porque no saben lo que hacen" (Evangelio de Lucas, 23,34)

No le digas a nadie tu nombre verdadero.
Escóndete, reniega de tu origen,
no vuelvas la cabeza.
Tu mundo se acabó ¿era tu mundo?
Sal a la luz. Hay luz, es clara y tibia.
Deja que la sonrisa te visite de nuevo.
Haz con el miedo el último gazpacho
y bebe a tu salud.
Pero no le perdones, por sí sabe lo que hace.

Poema de Enrique García Trinidad. En el libro "No resignación".
Tenía varios temas para escribir, pero creo que la actualidad manda. Y no, no me estoy refiriendo a la actualidad política, para eso ya existen otros medios.

Hace unos días aparecía la noticia de que una mujer, víctima de violencia de género, denunciaba que había sido secuestrada y sometida a vejaciones por parte de su ex pareja.

En esta semana se ha sabido que, presuntamente, esta mujer no contó la verdad y ha sido acusada de interponer una denuncia falsa. Como consecuencia de esto, su abogada ha renunciado a su defensa ante las pruebas “aplastantes” mostradas por el Juzgado, sintiéndose engañada.

Como he leído, no me acuerdo dónde, esta segunda noticia ha ocupado más tiempo en los informativos que el que se dedica a hablar de la violencia de género y a dar información cierta y contrastada sobre este tema.
Esto ha servido para que las personas que consideran que esto de la violencia de género es una falacia, usen este suceso para seguir atacando con más fuerza e intentar tirar por tierra los logros conseguidos hasta el momento.

Una denuncia falsa.

Si esto es cierto, si la mujer ha denunciado en falso, flaco favor le hace al resto de mujeres que viven situaciones tan extremas y que se están planteando acudir a una comisaría de policía o al juzgado a interponer una denuncia por los hechos violentos sufridos.

Denuncia que, desde el Estado, se publicita como la salida más segura y efectiva. Pero esto sería tema para otro post.

Poco ayuda a las campañas, políticas, actividades que se han diseñado e implementado, desde diferentes ámbitos, para eliminar de la sociedad esta clase de violencia que afecta a un porcentaje muy elevado de la población y que es un claro ejemplo de las relaciones de poder asimétricas y desiguales que aún existen en pleno siglo XXI.

¿Qué ha pasado por la cabeza de esta mujer para interponer una denuncia falsa? ¿Ha pensado en las consecuencias para ella y para la sociedad? ¿Ha sido consciente de la repercusión social, mediática que podría ocasionar?

Como comenta Miguel Lorente Acosta, este argumento ya está siendo usado por el posmachismo para atacar y seguir incentivando y propagando las trampas sociales y culturales que, escudadas en el logro de la igualdad conseguido por las feministas, persisten para criticar a las personas que siguen luchando por lograr la igualdad y visibilizar las situaciones de desigualdad, de micromachismos y de violencia que aún existen contra las mujeres en diferentes esferas de la vida diaria. Dan la vuelta a la tortilla y usan este hecho tan lamentable, la noticia de esta mujer que supuestamente ha denunciado en falso, para seguir machacando y criticando todo el trabajo realizado, tanto por hombres como por mujeres, por lograr una igualdad, la cual, aunque no quieran verlo, es beneficiosa para ambos sexos.


En el link posterior, la sexta se hace eco del número de denuncias falsas que se han descubierto en el año en curso:

En los dos links posteriores, dos medios digitales se hacen eco del estudio/informe realizado por el Consejo General del Poder Judicial donde se afirma el número irrisorio de denuncias falsas que se presentan en violencia de género.




Tenía varios temas para escribir, pero creo que la actualidad manda. Y no, no me estoy refiriendo a la actualidad política, para eso ya existen otros medios.

Hace unos días aparecía la noticia de que una mujer, víctima de violencia de género, denunciaba que había sido secuestrada y sometida a vejaciones por parte de su ex pareja.

En esta semana se ha sabido que, presuntamente, esta mujer no contó la verdad y ha sido acusada de interponer una denuncia falsa. Como consecuencia de esto, su abogada ha renunciado a su defensa ante las pruebas “aplastantes” mostradas por el Juzgado, sintiéndose engañada.

Como he leído, no me acuerdo dónde, esta segunda noticia ha ocupado más tiempo en los informativos que el que se dedica a hablar de la violencia de género y a dar información cierta y contrastada sobre este tema.
Esto ha servido para que las personas que consideran que esto de la violencia de género es una falacia, usen este suceso para seguir atacando con más fuerza e intentar tirar por tierra los logros conseguidos hasta el momento.

Una denuncia falsa.

Si esto es cierto, si la mujer ha denunciado en falso, flaco favor le hace al resto de mujeres que viven situaciones tan extremas y que se están planteando acudir a una comisaría de policía o al juzgado a interponer una denuncia por los hechos violentos sufridos.

Denuncia que, desde el Estado, se publicita como la salida más segura y efectiva. Pero esto sería tema para otro post.

Poco ayuda a las campañas, políticas, actividades que se han diseñado e implementado, desde diferentes ámbitos, para eliminar de la sociedad esta clase de violencia que afecta a un porcentaje muy elevado de la población y que es un claro ejemplo de las relaciones de poder asimétricas y desiguales que aún existen en pleno siglo XXI.

¿Qué ha pasado por la cabeza de esta mujer para interponer una denuncia falsa? ¿Ha pensado en las consecuencias para ella y para la sociedad? ¿Ha sido consciente de la repercusión social, mediática que podría ocasionar?

Como comenta Miguel Lorente Acosta, este argumento ya está siendo usado por el posmachismo para atacar y seguir incentivando y propagando las trampas sociales y culturales que, escudadas en el logro de la igualdad conseguido por las feministas, persisten para criticar a las personas que siguen luchando por lograr la igualdad y visibilizar las situaciones de desigualdad, de micromachismos y de violencia que aún existen contra las mujeres en diferentes esferas de la vida diaria. Dan la vuelta a la tortilla y usan este hecho tan lamentable, la noticia de esta mujer que supuestamente ha denunciado en falso, para seguir machacando y criticando todo el trabajo realizado, tanto por hombres como por mujeres, por lograr una igualdad, la cual, aunque no quieran verlo, es beneficiosa para ambos sexos.


En el link posterior, la sexta se hace eco del número de denuncias falsas que se han descubierto en el año en curso:

En los dos links posteriores, dos medios digitales se hacen eco del estudio/informe realizado por el Consejo General del Poder Judicial donde se afirma el número irrisorio de denuncias falsas que se presentan en violencia de género.




Va de celebraciones


Este post es consecuencia de una boda.

Con toda la ilusión estamos preparando pequeños detalles para la pareja. Esas cositas que pretenden sacarte una sonrisa y que los recuerdes en cualquier momento como algo entrañable, bonito y feliz. Esos detalles que te tele-transportan a ese día mágico, especial, nostálgico, divertido,... que compartiste con tus seres queridos y en el que disfrutaste en cuanto se dejaron los nervios atrás.

Este post va dedicado a Él, aunque lo más seguro es que no lo lea (ni tampoco su "aledaña") porque "se cansa" de mis publicaciones :-). Está dedicado a ese joven que parece que ha perdido la ilusión por la vida y por todo lo que le rodea.

El viernes, en otra celebración, me comentaban que un médico-psiquiatra no veía apropiado para un hombre de 41 años determinada vestimenta, que llevara melena y que, en ese momento, se decantara por cuentos infantiles como lectura, pues "no era adecuado para su edad". El diagnóstico: síndrome de Peter Pan. Su Wendy reía sarcásticamente al recordarlo.

En esta sociedad es bastante habitual poner etiquetas que, en la mayoría de los casos, no nos definen realmente y que, desafortunadamente, nos creemos a pies juntillas, condicionándonos nuestra forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar.

Considero que hay pocas cosas que son correspondientes a distintas etapas de la vida. Hay pequeñajos que aprenden antes a andar que otros, niñas que leen con soltura antes que otras, adolescentes que lo son más tardíamente y las hormonas se rebelan con mayor estruendo, traumas que salen en la edad adulta o que no salen nunca... Cada persona es un mundo. Un mundo loco y divertido que no necesita más etiquetas que las de la ropa (enormes, por cierto).

Hay "etiquetas" que han ido cambiando con el paso de los años. Hay tradiciones que han evolucionado y que se transforman. ¿Desde cuándo es tradición que las novias se casen de blanco? ¿Por qué nos resulta tan extraño, y a veces se considera una falta de respeto, que un novio acuda a su boda sin corbata? ¿Por qué nos sorprendemos cuando la novia "pone un poco de color" en su vestido, saltándose las normas del decoro, la decencia y la tradición (pensarían algunas personas? ¿Por qué cuando alguien se muere es obligatorio guardar el luto durante tanto tiempo? Cada uno llora la pérdida de una manera. ¿Por qué si no sigo las "normas" se me pone la etiqueta de "insensible", "irrespetuso" etc.?

Hay personas que mueren en vida. Hay personas que no disfrutan de la vida ante una pérdida a pesar de la juventud. No se dan cuenta que lo importante es celebrar las buenas cosas que nos da la vida. Que hay que disfrutar de los momentos, del aquí y ahora. Ya vendrán tiempos tristes que nos hagan tambalear y nos desestabilicen, pero no debemos permitirnos caer, y, si lo hacemos, nos levantamos rápidamente y vemos el lado positivo. Porque siempre hay un lado positivo detrás de la negrura del momento. Lo sé por experiencia propia.

Hay millones de razones por las que sonreír y celebrar el paso de los años, por ejemplo. 

Conozco a gente que se irrita cuando le hablan de su cumpleaños y de celebrarlo. No se dan cuenta lo importante que es cumplir años. Eso significa que has vivido, que has aprendido, que has tenido oportunidades, que has tomado decisiones, mejores o peores, pero lo has hecho y has llevado las riendas de tu vida. La experiencia se adquiere con el paso del tiempo, con los acontecimientos que se suceden en tu vida.
Es cierto que eso significa hacerte más viejo/a, que salgan arrugas (pero, ¿y lo bonito que es verlas y que te recuerden que las tienes por sonreír? y ya si recuerdas el motivo de tu risa, ni te cuento), que el pelo se tiña de forma natural, sin gastar un euro, que tengas achaques o que te cueste hacer determinadas cosas. Pero también es cierto que, con el paso de los años, aprendes a hacer otras cosas que, en la juventud, era difícil que lograras realizar.

¿Y cuando compartes tu vida con alguien? Es precioso poder hacerlo día a día con ella. Disfrutas de tus propias alegrías y de las alegrías de la otra persona con la que tienes un proyecto común que poco a poco vais consiguiendo, generando nuevas alegrías y nuevos motivos por los que sonreír y celebrar.
Siempre hay que celebrar. No hay que olvidarlo.

Y existen ocasiones en que esa felicidad, esa alegría, ese positivismo lo quieres compartir con más gente, con aquella que forma parte de tu vida. Porque, poco a poco, las personas se van liando en su propia vida, van poniendo excusas, trabas, impedimentos y olvidan lo bonito que es juntarse, sin motivo aparente, y celebrar. 

Un café. Una comida. Una cena. Una sesión de cine. Un paseo por la ciudad. Una ruta por la montaña. Un fin de semana rural... Simplemente juntarse, hablar y celebrar.

Celebrar una fiesta por estar vivos, por la vida, por el presente, por el futuro y por las cosas que hemos aprendido. Celebrar la vida, el amor y lo que tenga que venir.

Este post es consecuencia de una boda.

Eso es lo que pienso yo que es una boda. Un momento de celebración y de compartir con la gente a la que quieres, y con la que se nos olvida hacerlo, la felicidad y el amor. La felicidad por encontrar a una persona con la que compartir una vida y un proyecto. No una persona que te complemente, porque ya eres un ser completo, sino una persona que te hace mejor, que te ayuda en los momentos difíciles y es capaz de sacarte una sonrisa. Una persona a la que mirar y sonreír, una persona con la que la vida sea fácil a pesar de las dificultades que aparezcan, una persona con la que ir construyendo poco a poco una "casa" común donde celebrar e invitar, donde reír, donde ser feliz, donde llorar y aprender.

Nos tenemos que recordar, porque se nos olvida fácilmente, que tenemos que decidir, porque está en nuestras manos, ser felices.




Va de celebraciones


Este post es consecuencia de una boda.

Con toda la ilusión estamos preparando pequeños detalles para la pareja. Esas cositas que pretenden sacarte una sonrisa y que los recuerdes en cualquier momento como algo entrañable, bonito y feliz. Esos detalles que te tele-transportan a ese día mágico, especial, nostálgico, divertido,... que compartiste con tus seres queridos y en el que disfrutaste en cuanto se dejaron los nervios atrás.

Este post va dedicado a Él, aunque lo más seguro es que no lo lea (ni tampoco su "aledaña") porque "se cansa" de mis publicaciones :-). Está dedicado a ese joven que parece que ha perdido la ilusión por la vida y por todo lo que le rodea.

El viernes, en otra celebración, me comentaban que un médico-psiquiatra no veía apropiado para un hombre de 41 años determinada vestimenta, que llevara melena y que, en ese momento, se decantara por cuentos infantiles como lectura, pues "no era adecuado para su edad". El diagnóstico: síndrome de Peter Pan. Su Wendy reía sarcásticamente al recordarlo.

En esta sociedad es bastante habitual poner etiquetas que, en la mayoría de los casos, no nos definen realmente y que, desafortunadamente, nos creemos a pies juntillas, condicionándonos nuestra forma de ser, de sentir, de pensar y de actuar.

Considero que hay pocas cosas que son correspondientes a distintas etapas de la vida. Hay pequeñajos que aprenden antes a andar que otros, niñas que leen con soltura antes que otras, adolescentes que lo son más tardíamente y las hormonas se rebelan con mayor estruendo, traumas que salen en la edad adulta o que no salen nunca... Cada persona es un mundo. Un mundo loco y divertido que no necesita más etiquetas que las de la ropa (enormes, por cierto).

Hay "etiquetas" que han ido cambiando con el paso de los años. Hay tradiciones que han evolucionado y que se transforman. ¿Desde cuándo es tradición que las novias se casen de blanco? ¿Por qué nos resulta tan extraño, y a veces se considera una falta de respeto, que un novio acuda a su boda sin corbata? ¿Por qué nos sorprendemos cuando la novia "pone un poco de color" en su vestido, saltándose las normas del decoro, la decencia y la tradición (pensarían algunas personas? ¿Por qué cuando alguien se muere es obligatorio guardar el luto durante tanto tiempo? Cada uno llora la pérdida de una manera. ¿Por qué si no sigo las "normas" se me pone la etiqueta de "insensible", "irrespetuso" etc.?

Hay personas que mueren en vida. Hay personas que no disfrutan de la vida ante una pérdida a pesar de la juventud. No se dan cuenta que lo importante es celebrar las buenas cosas que nos da la vida. Que hay que disfrutar de los momentos, del aquí y ahora. Ya vendrán tiempos tristes que nos hagan tambalear y nos desestabilicen, pero no debemos permitirnos caer, y, si lo hacemos, nos levantamos rápidamente y vemos el lado positivo. Porque siempre hay un lado positivo detrás de la negrura del momento. Lo sé por experiencia propia.

Hay millones de razones por las que sonreír y celebrar el paso de los años, por ejemplo. 

Conozco a gente que se irrita cuando le hablan de su cumpleaños y de celebrarlo. No se dan cuenta lo importante que es cumplir años. Eso significa que has vivido, que has aprendido, que has tenido oportunidades, que has tomado decisiones, mejores o peores, pero lo has hecho y has llevado las riendas de tu vida. La experiencia se adquiere con el paso del tiempo, con los acontecimientos que se suceden en tu vida.
Es cierto que eso significa hacerte más viejo/a, que salgan arrugas (pero, ¿y lo bonito que es verlas y que te recuerden que las tienes por sonreír? y ya si recuerdas el motivo de tu risa, ni te cuento), que el pelo se tiña de forma natural, sin gastar un euro, que tengas achaques o que te cueste hacer determinadas cosas. Pero también es cierto que, con el paso de los años, aprendes a hacer otras cosas que, en la juventud, era difícil que lograras realizar.

¿Y cuando compartes tu vida con alguien? Es precioso poder hacerlo día a día con ella. Disfrutas de tus propias alegrías y de las alegrías de la otra persona con la que tienes un proyecto común que poco a poco vais consiguiendo, generando nuevas alegrías y nuevos motivos por los que sonreír y celebrar.
Siempre hay que celebrar. No hay que olvidarlo.

Y existen ocasiones en que esa felicidad, esa alegría, ese positivismo lo quieres compartir con más gente, con aquella que forma parte de tu vida. Porque, poco a poco, las personas se van liando en su propia vida, van poniendo excusas, trabas, impedimentos y olvidan lo bonito que es juntarse, sin motivo aparente, y celebrar. 

Un café. Una comida. Una cena. Una sesión de cine. Un paseo por la ciudad. Una ruta por la montaña. Un fin de semana rural... Simplemente juntarse, hablar y celebrar.

Celebrar una fiesta por estar vivos, por la vida, por el presente, por el futuro y por las cosas que hemos aprendido. Celebrar la vida, el amor y lo que tenga que venir.

Este post es consecuencia de una boda.

Eso es lo que pienso yo que es una boda. Un momento de celebración y de compartir con la gente a la que quieres, y con la que se nos olvida hacerlo, la felicidad y el amor. La felicidad por encontrar a una persona con la que compartir una vida y un proyecto. No una persona que te complemente, porque ya eres un ser completo, sino una persona que te hace mejor, que te ayuda en los momentos difíciles y es capaz de sacarte una sonrisa. Una persona a la que mirar y sonreír, una persona con la que la vida sea fácil a pesar de las dificultades que aparezcan, una persona con la que ir construyendo poco a poco una "casa" común donde celebrar e invitar, donde reír, donde ser feliz, donde llorar y aprender.

Nos tenemos que recordar, porque se nos olvida fácilmente, que tenemos que decidir, porque está en nuestras manos, ser felices.




Si te pones en la piel de otra persona...

De nuevo os traigo una recomendación literaria. Se trata de un libro que me compré hace unos meses y que había dejado aparcado por diferentes motivos. Pero he encontrado el momento adecuado para comenzarlo hace una semana y, ayer, por fin lo terminé.

En la piel de una yihadista cuenta la historia de una periodista francesa que se mete en la piel de una joven francesa convertida al Islam y que es captada por un "mandamás" perteneciente al Estado Islámico. Narra cómo se puso en contacto con él a través de un perfil falso y cómo mantuvo el contacto durante algún tiempo a través de Skype, sobre todo.

No es un libro más sobre el yihadismo. Está contado en primera persona. Narra lo que ella ha ido viviendo en todo este tiempo, cómo era lavado el cerebro de su avatar virtual para conseguir que viajara a Siria y se hiciera efectivo el matrimonio con su "pretendiente".

Es uno de esos libros del que puedo pasar un par de días sin tocarlo pero que, cuando lo tomo de nuevo entre mis manos, no puedo soltarlo. Sobre todo me ha pasado en las últimas 100 páginas. No podía dejar de leer, contabilizaba las páginas que me faltaban y rezaba para que la protagonista estuviera bien, dentro de lo que cabe, ya que ha tenido que cambiar de domicilio, de identidad y vive con la espada de Damocles sobre su cabeza. La verdad es que según avanzaba las palabras, más incertidumbre y estado de desazón me generaba.

Os lo recomiendo.

Si te pones en la piel de otra persona...

De nuevo os traigo una recomendación literaria. Se trata de un libro que me compré hace unos meses y que había dejado aparcado por diferentes motivos. Pero he encontrado el momento adecuado para comenzarlo hace una semana y, ayer, por fin lo terminé.

En la piel de una yihadista cuenta la historia de una periodista francesa que se mete en la piel de una joven francesa convertida al Islam y que es captada por un "mandamás" perteneciente al Estado Islámico. Narra cómo se puso en contacto con él a través de un perfil falso y cómo mantuvo el contacto durante algún tiempo a través de Skype, sobre todo.

No es un libro más sobre el yihadismo. Está contado en primera persona. Narra lo que ella ha ido viviendo en todo este tiempo, cómo era lavado el cerebro de su avatar virtual para conseguir que viajara a Siria y se hiciera efectivo el matrimonio con su "pretendiente".

Es uno de esos libros del que puedo pasar un par de días sin tocarlo pero que, cuando lo tomo de nuevo entre mis manos, no puedo soltarlo. Sobre todo me ha pasado en las últimas 100 páginas. No podía dejar de leer, contabilizaba las páginas que me faltaban y rezaba para que la protagonista estuviera bien, dentro de lo que cabe, ya que ha tenido que cambiar de domicilio, de identidad y vive con la espada de Damocles sobre su cabeza. La verdad es que según avanzaba las palabras, más incertidumbre y estado de desazón me generaba.

Os lo recomiendo.