En abril de 2012 se me dio la oportunidad de desarrollar mi proyecto de empoderamiento de mujeres víctimas de violencia de género. Las cuatro sesiones de las que se compone el taller las impartí en Cruz Roja Salamanca y las participantes fueron las mujeres que, de un modo u otro, estaban o han estado relacionadas con el Centro de Emergencia de la Mujer de Salamanca, gestionado por esta entidad.
Durante las cuatro sesiones, de casi dos horas cada una, trabajábamos la autoestima de las mujeres, otorgándoles habilidades y herramientas para seguir luchando y viviendo.
Con estos talleres quiero conseguir que las mujeres vayan desechando de su mente la sensación de culpa, de inferioridad que pueden tener, trabajando la igualdad y la capacidad de recuperación (empoderamiento) que todas las personas tenemos pero que, quizás, no sabemos cómo usar.
Como siempre he dicho: no sé si ellas aprendieron mucho, pero yo me llevé mucho de ellas, de su fortaleza, de su lucha. Me fui con una sensación estupenda. Reímos juntas, lloramos (yo en silencio, por dentro) y expresamos todo aquello que nos pasaba por la mente y por nuestro corazón.
Desde aquí quiero dar las gracias a Raquel Luengo Comerón, quien era la responsable del Centro, por confiar en mí y seguir haciéndolo. Gracias a las chicas que participaron y a las monitoras que las acompañaron.
No debemos olvidar nunca que: ¡SOMOS REINAS!
Con estos talleres quiero conseguir que las mujeres vayan desechando de su mente la sensación de culpa, de inferioridad que pueden tener, trabajando la igualdad y la capacidad de recuperación (empoderamiento) que todas las personas tenemos pero que, quizás, no sabemos cómo usar.
Como siempre he dicho: no sé si ellas aprendieron mucho, pero yo me llevé mucho de ellas, de su fortaleza, de su lucha. Me fui con una sensación estupenda. Reímos juntas, lloramos (yo en silencio, por dentro) y expresamos todo aquello que nos pasaba por la mente y por nuestro corazón.
Desde aquí quiero dar las gracias a Raquel Luengo Comerón, quien era la responsable del Centro, por confiar en mí y seguir haciéndolo. Gracias a las chicas que participaron y a las monitoras que las acompañaron.
No debemos olvidar nunca que: ¡SOMOS REINAS!
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