Unas personas celebraremos el día de la madre este domingo, otras prefieren hacerlo el día de la Inmaculada, en diciembre. Da igual el día en que lo hagamos, siempre tendrá ese toque comercial, capitalista y materialista por el cual tenemos que gastar, gastar y gastar dinero para comprar algo a nuestra madre, lo suficientemente grande, caro, extravagante, machista, etc. que demuestre lo mucho que la queremos y lo agradecidas que estamos.
Tengo que partir de la base que considero que no hay que tener un día específico para celebrar el ser madre o padre. No nos lo tienen que imponer. No tiene que ser como el día de los Enamorados: un artificio inventado por el comercio para ganar más dinero.
¿Dónde han quedado esos regalos hechos en el colegio, con nuestras propias manos? Un regalo que nos ayude a abrir nuestra mente y dejar libre la creatividad.
Ayer y hoy las redes sociales ardían debido a una campaña publicitaria de una conocida empresa que se expande por toda España. Esta empresa hace unas alusiones machistas, patriarcales en torno a la figura de una madre "100%".
Abnegación, sacrificio, paciencia, egoísmo 0%... son características o ingredientes que debemos tener toda madre. Pero esto no queda ahí. También han elaborado un test para encontrar el regalo perfecto.
Una batidora, una aspiradora, un lavavajillas, una crema anti-arrugas, un secador,... Todos productos que fomentan los estereotipos y los roles de género diferenciados entre hombres y mujeres. Porque a papá hay que regalarle algo de bricolaje o relacionado con el motor o, si tiramos la casa por la ventana, un reloj último modelo.
Tendríamos que tener la oportunidad de poder regalar cuando nos diese la gana y no cuando nos lo exijan los medios de comunicación a través de los anuncios publicitarios.
Podemos regalar cultura, por ejemplo: un buen libro que hable sobre los distintos tipos de madres y de padres, las diferentes familias, los tipos de abuelas y abuelos... Raquel Díaz Reguera para eso es genial. Sus libros hablan en silencio. Lo dicen todo a través de sus ilustraciones, las letras que juegan a juntarse y formar palabras y frases que cobran sentido, componiendo una sonata dulce, lenta, tranquila que nos muestra el mensaje justo, en el momento adecuado.
Es cierto que cuando te conviertes en madre, cambian tus prioridades. Sacrificas tu cuerpo, tu tiempo por ese nuevo ser que entra atropelladamente en tu vida. Pero que decidas traer al mundo a otro ser, no significa que todo sea abnegación, nada de egoísmo, mucha paciencia... Hay que reconocer que no somos robots. Estamos luchando por cambiar las cosas, por dejar atrás los estereotipos, los roles, la discriminación, el machismo... y que se nos vea como lo que somos: personas.
No somos superheroínas y no podemos hacer mil cosas a la vez. También nos cansamos, nos frustramos, perdemos la paciencia, nos gusta jugar a la videoconsola, nos apetece sentarnos a leer un buen libro o ver una película de acción. También nos gusta tener tiempo para nosotras con la familia, con las amistades, en el trabajo. Queremos trabajar fuera de casa y que seamos nosotras mismas quienes nos pongamos las limitaciones. Podemos ser ingenieras, científicas, abogadas, investigadoras, médicas, fontaneras, electricistas, mecánicas, carpinteras, escaladoras, inventoras, escritoras, profesoras, amas de casa... Que seamos madres, no significa que nuestras aspiraciones desaparezcan. Siguen estando ahí, pero nos las ocultan porque si no nos dedicamos de lleno a la familia, somos MALAS. Es algo que nos inculcan, que nos inyectan casi al nacer: ser mujer significa maternidad. La maternidad significa anulación total de la mujer. O al menos, eso es lo que parece.
La maternidad hay que celebrarla cuando queramos, nos apetezca o nos dejen. Lo mismo que la paternidad. El sentimiento que se tiene por una hija o por un hijo es enorme, maravilloso, explosivo, extenuante,... es "un amor tan grande" que parece que te hace invencible. Pero no lo somos.
Así que, queridas y queridos, hoy, feliz no día de la madre y del padre.
Regalad amor, una sonrisa, una palabra bonita llena de amor y esperanza, un abrazo, un chiste, un pastel casero, una libreta hecha con vuestras propias manos, una bufanda tejida con amor, cariño y paciencia... Regalad aquello que signifique algo especial para vosotras/os.
Mamá, te quiero.
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