Mientras
el derecho al voto para los hombres
fue un hecho desde tiempo inmemorial, las mujeres tuvimos que esperar hasta 1931 para obtenerlo en España. Lo tenemos gracias a Clara
Campoamor y sus compañeras Victoria Kent y Margarita Nelken. Parece que fue
hace mucho tiempo, pero para la Historia no son tantos 88 años. No se habla del
derecho al voto de los hombres, porque siempre lo han tenido, en ningún momento
se ha cuestionado su existencia.
En los estudios, el acceso de la mujer también fue tardío. Concepción Arenal se tuvo que disfrazar
de hombre para poder asistir como oyente a la Universidad de Madrid (Facultad
de Derecho de la actual Universidad Complutense) y a las tertulias
intelectuales, por ejemplo.
Hoy en día no nos podemos imaginar los
pasillos de los colegios, de los institutos de secundaria, bachillerato y FP, y
de las universidades sin el intercambio de frases y risas de chicas y chicos.
Es impensable, en nuestra sociedad española, que se hable de la prohibición de que
chicos o chicas estudien lo que quieran.
Al principio, cuando aún era impensable
que las mujeres pudieran acceder a estudios universitarios, que era lo más de
lo más, las mujeres nos teníamos que conformar con estudiar en los monasterios o dedicarnos a la enseñanza: maestras
de pueblo, institutrices, cuidadoras de la descendencia de otras familias.
La primera
mujer matriculada en una universidad española lo consiguió en el año 1872: María Elena Maseras Ribera lo hizo en
la Facultad de Medicina de Barcelona, previa autorización del Rey. La primera mujer licenciada en Medicina
fue Dolors Aleu i Riera, siendo la
segunda en alcanzar el título de Doctora.
Hasta 1910 no se generalizó la
incorporación de la mujer a los estudios universitarios. En concreto, fue el 8 de marzo de 1910 cuando se permitió
la matriculación de las mujeres en las universidades públicas. Hasta entonces,
las mujeres podían asistir a centros privados o como oyentes, pero siempre
necesitando la autorización del Consejo de Ministros para su inscripción
como alumnas oficiales.
¿Qué sucede en la actualidad? Nos venden el mensaje de que la igualdad ya se ha
alcanzado, que hombres y mujeres tenemos las mismas opciones y las mismas
posibilidades. Pero la realidad es sutil, pero está ahí aunque no queramos
verla.
Centrándonos en la Formación Profesional, es curioso
comprobar como el número de chicas estudiando en la modalidad a distancia es superior al de chicos tanto en la FP Grado
Medio como en el Grado Superior.
|
FP
GRADO MEDIO
|
FP
GRADO SUPERIOR
|
HOMBRES
|
10.096
|
14.916
|
MUJERES
|
12.402
|
24.397
|
¿Qué nos dice el género que tenemos que
estudiar? ¿En qué nos dice el género que tenemos que trabajar?
Los sectores
de estudio en FP van desde actividades agrarias, pasando por actividades
físicas-deportivas, marítimo-pesqueras, administración y gestión, artes
gráficas, comunicación e imagen, electricidad y electrónica, imagen personal,
informática-comunicaciones, sanidad, servicios socioculturales-a la Comunidad,
vidrio-cerámica, artesanías, seguridad y medio ambiente, entre otros.
Por ramas,
es destacable como los chicos os decantáis más por estudiar actividades
agrarias, marítimo-pesqueras, artes gráficas, comunicación, electricidad,
informática que otros estudios como administración, imagen personal, sanidad o
servicios socioculturales y a la comunidad, donde hay una mayor representación
de mujeres.
Si os dais cuenta, seguimos perpetuando
los roles de género que se establecieron hace años.
¿Qué
sucede cuando entramos en el mercado
laboral?
El reparto, a nivel mundial, es el que muestra la imagen anterior.
De nuevo nuestros caminos, el de los hombres y el de las mujeres, siguen
marcados. Nos seguimos dedicando, mayoritariamente, a todo aquello que nos han
dicho que nos tenemos que dedicar.
Poco a poco, con esfuerzo, los espacios de dirección se están abriendo
a las mujeres. Pero aún no estamos suficientemente representadas.
La mujer, por ejemplo, no aparece como máxima responsable de una Universidad. Por ejemplo, en Salamanca, teniendo dos Universidades, sólo la Universidad Pontificia
ha tenido, y tiene, una rectora. La USAL tuvo en el 2017, la primera candidata
a ser rectora.
Según aparece en la Wikipedia, entre
1979 y 1980, hubo una rectora en
funciones que se llamó María Dolores Gómez Molleda, debido a la cesión del
anterior rector.
En la actualidad, según un artículo
publicado en El País en el año pasado, sólo 4 rectoras dirigen las
Universidades públicas españolas (50): Universidad de Granada (Pilar Aranda),
Universidad Autónoma de Barcelona (Margarita Arboix), Universidad del País
Vasco (Nekane Balluerka) y la Universidad de Huelva (María Antonia Peña).
¿Realmente nuestras elecciones académicas son libres? Os lo dejo a vuestra reflexión.
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