Camino por la calle, cabizbaja, con la mirada perdida, sumida en mis pensamientos más profundos. No tengo frío, pero me abrigo, buscando protección en esa bufanda que me subo hasta la nariz. Buscando una protección que parece que no encuentro en otro lugar. Veo gente a mi alrededor, pero no reconozco a nadie porque no miro a nadie en concreto. Yo confiaba. Confiaba en ellas y me han defraudado. Les conté lo más íntimo, lo más doloroso y lo han vuelto en contra mía. Ahora, ¿en quién voy a confiar?
Camino. No es necesario que mire por donde voy, porque me sé la ruta. Mis pies me llevan sin dudar. Soy una autómata mientras ando por estas calles que me han visto crecer, jugar, reír, correr... Pero también han sido testigos de mis lágrimas, de mi soledad, de mi miedo, de mi dolor...
Ha sido una mañana dura, intensa. Se me han removido cosas por dentro que llevaban tiempo tranquilas, pero hoy... No he dicho nada. No he abierto la boca. No he compartido ninguna de mis inquietudes, de mis miedos, de mis experiencias. ¿Para qué? No necesito que lo sepa todo el mundo, ya murmuran suficiente a mis espaldas como para darles más carnaza. Pero hoy... hoy hubiese gritado como la chica del cortometraje que he visto. Pero mucho más fuerte. Para que me oiga todo el mundo, para que nadie se quede impasible ante mi grito, para que todas las personas sean conscientes del dolor que llevo guardando tanto y tanto tiempo. Hubiese gritado hasta que mis pulmones se hubiesen quedado sin aire, hasta que las lágrimas que invaden mi alma y llenan mis ojos, se hubiesen desbordado. Hasta que todo el mundo que está a mi alrededor se hubiese volteado para mirarme, hasta que se hubiesen dado cuenta de que existo, de que mi dolor también puede ser el suyo.
¡Hipócritas! ¡Embusteros!
Todo el mundo lo es. Enseguida hablan, se atreven a opinar, dan su punto de vista, pero cuando tienen que pasar a la acción son unos cobardes. Todas. No se libra ninguna persona.
Queda muy bonito hablar en clase, en la calle, pero luego,... ¡Cobardes! Me dejáis sola. Nos dejáis solas porque os da miedo implicaros, involucraros, ayudar.
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